Muy buenas, después de un tiempo vuelvo con una publicación a propósito de que estos días se leen en las redes
sociales mensajes con datos de proporción de jóvenes capturados aquí o en el
extranjero, mediante caza o anillamiento. A veces veo interpretaciones que a mi
juicio pueden considerarse un poco aventuradas. Esto se produce con frecuencia
porque identificamos la proporción de jóvenes solamente con éxito de cría y no siempre es
así.
¿Qué entendemos por âge-ratio o
proporción de jóvenes? Sería un porcentaje que expresa el tanto por ciento de
individuos jóvenes sobre el total de capturas, bien sea de becadas cazadas o
anilladas. Es decir, si afirmamos que en la bolsa de capturas de una temporada
tenemos un âge-ratio del 65% significará que se han cazado o anillado un 65% de becadas jóvenes o nacidas en la primavera/verano anterior y un
35% de individuos adultos, que serían becadas en su segundo invierno o más.
El dato de la proporción de jóvenes no siempre es indicativo del éxito del año de cría |
Si profundizamos más en el estudio del estado de muda del plumaje de las becadas adultas también podríamos precisar incluso si se trata de becadas solo de segundo invierno o de tercer invierno o más. Pero esto ya sería material para otro post.
Bien, como digo, a menudo se
asocia proporción de jóvenes con éxito de cría. Esto tiene su lógica porque lo
normal es que si la temporada de nidificación de las becadas ha sido óptima habrá
un mayor número de pollos que han salido adelante y en consecuencia a la hora
de cazar o anillar capturaremos más ejemplares juveniles.
A través de las plumas del ala podemos determinar la edad de una becada |
Sin embargo, esto no siempre es así porque la proporción de jóvenes depende de más factores.
Una de estas variables es la
filopatría o fidelidad de las becadas hacia su lugar de invernada, cría e
incluso a las paradas intermedias durante sus migraciones. Mediante el
anillamiento y el seguimiento por satélite se ha demostrado que las becadas
adultas tienden a volver con una precisión casi milimétrica a los lugares donde
pasaron el invierno anterior o los bosques del norte de Europa donde criaron.
También durante sus viajes migratorios elijen sus “stop over”, paradas para
descansar y alimentarse, en función de las experiencias de años anteriores.
Este comportamiento no se cumple al 100%, pero si en una proporción muy elevada
de los individuos. Como excepción y quizás relacionado con el cambio climático
y el aprendizaje sobre el ahorro de esfuerzos se ha observado que algunos
ejemplares adultos tienen un comportamiento tendente a quedarse a pasar el
invierno más al norte conforme van pasando los años.
Las becadas adultas tienden a elegir los mismos los lugares de invernada, nidificación y paradas durante la migración |
En definitiva, esta filopatría de las becadas tiene grandes implicaciones a la hora de interpretar el âge-ratio. Por ejemplo, si ponemos la lupa en una reserva de caza donde no hay aprovechamiento cinegético de la becada, el hecho de que al final de temporada queden la mayoría de aves que han pasado el invierno en ese lugar conlleva que en el otoño siguiente en condiciones normales regresará un gran número de esas becadas adultas. Serían becadas fieles a ese lugar de invernada. Esto necesariamente significa que habrá una proporción de jóvenes muy baja respecto al número total de becadas que invernan en esa reserva.
Si por otro lado nos fijamos en
un lugar con una alta presión cinegética, con una gran extracción de becadas a
lo largo de la temporada, tendremos que al final del invierno sobrevivirán
pocos individuos adultos. Es decir, habrá pocas becadas adultas que volverán a
ese lugar en el otoño siguiente y por tanto esta zona de caza se nutrirá
principalmente de becadas jóvenes. Por tanto, su âge-ratio o proporción de
jóvenes será siempre alta y por supuesto bastante más elevada que una reserva
de caza. Por eso como norma se toma el dato de la proporción de jóvenes de un territorio como indicativo de la tasa de mortalidad de las becadas. Dicho de otra forma, si en un coto de caza la âge-ratio media es de un 60% sabremos que aproximadamente seis de cada diez becadas que entran a dicho coto serían cazadas.
En una misma temporada y zona la proporción de jóvenes en un área de caza será mayor que en una reserva |
En consecuencia, si tomamos como ejemplo una misma tasa de jóvenes del 60%, se puede considerar muy elevada para una reserva de caza y por el contrario muy escasa para una zona con alta presión cinegética. En otras palabras, en una misma temporada de caza podemos tener proporciones de jóvenes del 40% en lugares con poca presión de caza y del 70% en cotos donde se cazan muchas becadas. Y equivocadamente los primeros podrían interpretar que estamos ante un mal año de cría y los segundos ante uno bueno, aunque igual estemos hablando de territorios contiguos o separados por muy poca distancia.
Por otro lado, e igual que hemos destacado
la fidelidad o filopatría de las becadas adultas, en el caso de los individuos
jóvenes no existe, como es obvio, tal comportamiento. Sabemos que a la hora de
elegir el rumbo de la migración hay cierta base genética que orienta a los
individuos jóvenes en su primer viaje. Sin embargo, las becadas juveniles son
mucho más dependientes de la meteorología y volubles ante cambios bruscos de
las condiciones del hábitat que los ejemplares adultos. Por ejemplo, en años
con frío extremo en el centro de Europa y vientos del noreste podemos observar
una irrupción masiva de becadas jóvenes en la Península Ibérica, dando una falsa
o exagerada sensación de “buen año de cría” cuando lo que tenemos es que estas
becadas que ahora están aquí faltan en otros lugares, en los que por el
contrario hablarán de “mal año de cría”. Algo parecido sucede como consecuencia de un
cambio brusco del tiempo por la llegada de una borrasca por la noche y que puede
llegar a arrastrar grandes cantidades de becadas en migración a una zona concreta,
lo que se conoce como tombées, compuesta en su mayoría individuos jóvenes y por tanto más inexpertos
en la migración.
La distribución de las becadas jóvenes durante el invierno está más condicionada por la meteorología que en el caso de las adultas |
Algo parecido sucede cuando en un territorio concreto hay poca disponibilidad de alimento para las becadas debido a que el terreno se presenta muy seco, helado o cubierto de nieve. Veremos que con el transcurso de los días la proporción de jóvenes va descendiendo porque, al no tener esa querencia adquirida a un lugar fijo (Filopatría), tienden a abandonar antes el lugar en busca de comarcas con condiciones más benévolas. Sin embargo, las becadas adultas permanecen fieles al bosque donde invernaron con éxito otros años. Infelizmente esta querencia puede ser fatal para ellas, ya que si las condiciones adversas se alargan en el tiempo las becadas se debilitan por la escasez de alimento y la decisión de abandonar la zona puede llegar demasiado tarde. Esto lo hemos observado durante olas de frío, con mortandades elevadas de becadas que aguantaron en un lugar hasta que fue tarde para ellas.
Una becada adulta puede permanecer fiel a un territorio de invernada aunque las condiciones de acogida sean precarias |
Tampoco podemos obviar que en aquellos territorios que actúan como pasillos migratorios la proporción de jóvenes suele ser mayor, esto es consecuencia de que allí el efecto filopatría queda más diluido frente a la importancia de estos corredores para becadas de todas las edades.
Por último, la técnica mediante
la que obtenemos el dato de proporción de jóvenes también puede tener influencia
sobre el valor de dicho dato. Un ejemplo lo vimos hace años comparando el valor
del âge-ratio en Francia obtenido a partir de las alas de las becadas cazadas
frente al de las becadas anilladas. Había diferencias de hasta un 15%. Esto
pudo deberse a un diferente comportamiento de las becadas a la hora de salir a
los prados a alimentarse. Por ejemplo, se llegó a considerar que las becadas
adultas, más precavidas, permanecían en el bosque durante la noche, con lo
que el dato de la proporción de jóvenes de becadas anilladas estaría
sobredimensionado. O que la diferencia se debiera a un mayor esfuerzo de
anillamiento en zonas del norte u noroeste de Francia más favorables para
anillar becadas y donde la âge-ratio es tradicionalmente mayor frente a la
Francia mediterránea donde hay menos praderas “anillables” y además la proporción
de jóvenes no es tan alta, mientras que el esfuerzo de caza era similar para
todas las regiones. En cualquier caso, fue un dato curioso y que invita a la
reflexión sobre la necesidad de comparar “peras con peras y manzanas con
manzanas”.
Dependiendo de las circunstancias la proporción de jóvenes obtenida mediante caza puede diferir del anillamiento |
Por tanto, bajo mi punto de vista, para valorar el éxito de cría en un año concreto podemos recurrir a dos métodos.
Por un lado, si ponemos la lupa
en un lugar en concreto, habría que observar la tendencia de este valor a lo
largo de un periodo de estudio, una década o más. A partir de ahí podríamos determinar una desviación del valor de un año respecto a los valores
medios y con esto hacer una valoración sobre el éxito del año de cría, en mi opinión
con grandes reservas y sin darle una validez definitiva. Más o menos esto es lo que se haría en lugares como el Santuario
de la Becada de Vormsi, en Estonia o lo que se pretende hacer en La Casa de la
Becada del CCB en Garralda (Navarra)
Por otra parte podemos establecer
un método basado en mezclar en una coctelera un gran número de datos sobre becadas
capturadas durante una temporada en un territorio extenso y del mismo modo observar
la evolución a lo largo de los años. Es lo que hace el Club de Cazadores de
Becada en el “Proyecto Becada” con la información de miles de becadas
capturadas desde 1999 en España. Así sí podemos comparar el dato de la
proporción de jóvenes de una temporada en concreto con el dato medio y a partir
de la desviación afirmar si el año de cría ha sido bueno o malo.
Espero que este post haya servido
para aclarar algunas dudas. Sin más, aprovecho la ocasión para felicitaros las
Fiestas y desearos un 2021 mejor que el pasado (No lo pongo difícil) 😉