martes, 22 de diciembre de 2020

Becadas: la interpretación de la proporción de jóvenes

 

Muy buenas, después de un tiempo vuelvo con una publicación a propósito de que estos días se leen en las redes sociales mensajes con datos de proporción de jóvenes capturados aquí o en el extranjero, mediante caza o anillamiento. A veces veo interpretaciones que a mi juicio pueden considerarse un poco aventuradas. Esto se produce con frecuencia porque identificamos la proporción de jóvenes solamente con éxito de cría y no siempre es así.

¿Qué entendemos por âge-ratio o proporción de jóvenes? Sería un porcentaje que expresa el tanto por ciento de individuos jóvenes sobre el total de capturas, bien sea de becadas cazadas o anilladas. Es decir, si afirmamos que en la bolsa de capturas de una temporada tenemos un âge-ratio del 65% significará que se han cazado o anillado un 65% de becadas jóvenes o nacidas en la primavera/verano anterior y un 35% de individuos adultos, que serían becadas en su segundo invierno o más.

El dato de la proporción de jóvenes no siempre es indicativo del éxito del año de cría

Si profundizamos más en el estudio del estado de muda del plumaje de las becadas adultas también podríamos precisar incluso si se trata de becadas solo de segundo invierno o de tercer invierno o más. Pero esto ya sería material para otro post.

Bien, como digo, a menudo se asocia proporción de jóvenes con éxito de cría. Esto tiene su lógica porque lo normal es que si la temporada de nidificación de las becadas ha sido óptima habrá un mayor número de pollos que han salido adelante y en consecuencia a la hora de cazar o anillar capturaremos más ejemplares juveniles.

A través de las plumas del ala podemos determinar la edad de una becada
A través de las plumas del ala podemos determinar la edad de una becada

Sin embargo, esto no siempre es así porque la proporción de jóvenes depende de más factores.

Una de estas variables es la filopatría o fidelidad de las becadas hacia su lugar de invernada, cría e incluso a las paradas intermedias durante sus migraciones. Mediante el anillamiento y el seguimiento por satélite se ha demostrado que las becadas adultas tienden a volver con una precisión casi milimétrica a los lugares donde pasaron el invierno anterior o los bosques del norte de Europa donde criaron. También durante sus viajes migratorios elijen sus “stop over”, paradas para descansar y alimentarse, en función de las experiencias de años anteriores. Este comportamiento no se cumple al 100%, pero si en una proporción muy elevada de los individuos. Como excepción y quizás relacionado con el cambio climático y el aprendizaje sobre el ahorro de esfuerzos se ha observado que algunos ejemplares adultos tienen un comportamiento tendente a quedarse a pasar el invierno más al norte conforme van pasando los años.

Las becadas adultas tienden a elegir los mismos los lugares de invernada, nidificación y paradas durante la migración

En definitiva, esta filopatría de las becadas tiene grandes implicaciones a la hora de interpretar el âge-ratio. Por ejemplo, si ponemos la lupa en una reserva de caza donde no hay aprovechamiento cinegético de la becada, el hecho de que al final de temporada queden la mayoría de aves que han pasado el invierno en ese lugar conlleva que en el otoño siguiente en condiciones normales regresará un gran número de esas becadas adultas. Serían becadas fieles a ese lugar de invernada. Esto necesariamente significa que habrá una proporción de jóvenes muy baja respecto al número total de becadas que invernan en esa reserva.

Si por otro lado nos fijamos en un lugar con una alta presión cinegética, con una gran extracción de becadas a lo largo de la temporada, tendremos que al final del invierno sobrevivirán pocos individuos adultos. Es decir, habrá pocas becadas adultas que volverán a ese lugar en el otoño siguiente y por tanto esta zona de caza se nutrirá principalmente de becadas jóvenes. Por tanto, su âge-ratio o proporción de jóvenes será siempre alta y por supuesto bastante más elevada que una reserva de caza. Por eso como norma se toma el dato de la proporción de jóvenes de un territorio como indicativo de la tasa de mortalidad de las becadas. Dicho de otra forma, si en un coto de caza la âge-ratio media es de un 60% sabremos que aproximadamente seis de cada diez becadas que entran a dicho coto serían cazadas.

En una misma temporada y zona la proporción de jóvenes en un área de caza será mayor que en una reserva

En consecuencia, si tomamos como ejemplo una misma tasa de jóvenes del 60%, se puede considerar muy elevada para una reserva de caza y por el contrario muy escasa para una zona con alta presión cinegética. En otras palabras, en una misma temporada de caza podemos tener proporciones de jóvenes del 40% en lugares con poca presión de caza y del 70% en cotos donde se cazan muchas becadas. Y equivocadamente los primeros podrían interpretar que estamos ante un mal año de cría y los segundos ante uno bueno, aunque igual estemos hablando de territorios contiguos o separados por muy poca distancia.

Por otro lado, e igual que hemos destacado la fidelidad o filopatría de las becadas adultas, en el caso de los individuos jóvenes no existe, como es obvio, tal comportamiento. Sabemos que a la hora de elegir el rumbo de la migración hay cierta base genética que orienta a los individuos jóvenes en su primer viaje. Sin embargo, las becadas juveniles son mucho más dependientes de la meteorología y volubles ante cambios bruscos de las condiciones del hábitat que los ejemplares adultos. Por ejemplo, en años con frío extremo en el centro de Europa y vientos del noreste podemos observar una irrupción masiva de becadas jóvenes en la Península Ibérica, dando una falsa o exagerada sensación de “buen año de cría” cuando lo que tenemos es que estas becadas que ahora están aquí faltan en otros lugares, en los que por el contrario hablarán de “mal año de cría”.  Algo parecido sucede como consecuencia de un cambio brusco del tiempo por la llegada de una borrasca por la noche y que puede llegar a arrastrar grandes cantidades de becadas en migración a una zona concreta, lo que se conoce como tombées, compuesta en su mayoría individuos jóvenes y por tanto más inexpertos en la migración.

La distribución de las becadas jóvenes durante el invierno está más condicionada por la meteorología que en el caso de las adultas

Algo parecido sucede cuando en un territorio concreto hay poca disponibilidad de alimento para las becadas debido a que el terreno se presenta muy seco, helado o cubierto de nieve. Veremos que con el transcurso de los días la proporción de jóvenes va descendiendo porque, al no tener esa querencia adquirida a un lugar fijo (Filopatría), tienden a abandonar antes el lugar en busca de comarcas con condiciones más benévolas. Sin embargo, las becadas adultas permanecen fieles al bosque donde invernaron con éxito otros años. Infelizmente esta querencia puede ser fatal para ellas, ya que si las condiciones adversas se alargan en el tiempo las becadas se debilitan por la escasez de alimento y la decisión de abandonar la zona puede llegar demasiado tarde. Esto lo hemos observado durante olas de frío, con mortandades elevadas de becadas que aguantaron en un lugar hasta que fue tarde para ellas.

Una becada adulta puede permanecer fiel a un territorio de invernada aunque las condiciones de acogida sean precarias

Tampoco podemos obviar que en aquellos territorios que actúan como pasillos migratorios la proporción de jóvenes suele ser mayor, esto es consecuencia de que allí el efecto filopatría queda más diluido frente a la importancia de estos corredores para becadas de todas las edades.

Por último, la técnica mediante la que obtenemos el dato de proporción de jóvenes también puede tener influencia sobre el valor de dicho dato. Un ejemplo lo vimos hace años comparando el valor del âge-ratio en Francia obtenido a partir de las alas de las becadas cazadas frente al de las becadas anilladas. Había diferencias de hasta un 15%. Esto pudo deberse a un diferente comportamiento de las becadas a la hora de salir a los prados a alimentarse. Por ejemplo, se llegó a considerar que las becadas adultas, más precavidas, permanecían en el bosque durante la noche, con lo que el dato de la proporción de jóvenes de becadas anilladas estaría sobredimensionado. O que la diferencia se debiera a un mayor esfuerzo de anillamiento en zonas del norte u noroeste de Francia más favorables para anillar becadas y donde la âge-ratio es tradicionalmente mayor frente a la Francia mediterránea donde hay menos praderas “anillables” y además la proporción de jóvenes no es tan alta, mientras que el esfuerzo de caza era similar para todas las regiones. En cualquier caso, fue un dato curioso y que invita a la reflexión sobre la necesidad de comparar “peras con peras y manzanas con manzanas”.

Dependiendo de las circunstancias la proporción de jóvenes obtenida mediante caza puede diferir del anillamiento

Por tanto, bajo mi punto de vista, para valorar el éxito de cría en un año concreto podemos recurrir a dos métodos.

Por un lado, si ponemos la lupa en un lugar en concreto, habría que observar la tendencia de este valor a lo largo de un periodo de estudio, una década o más. A partir de ahí podríamos determinar una desviación del valor de un año respecto a los valores medios y con esto hacer una valoración sobre el éxito del año de cría, en mi opinión con grandes reservas y sin darle una validez definitiva. Más o menos esto es lo que se haría en lugares como el Santuario de la Becada de Vormsi, en Estonia o lo que se pretende hacer en La Casa de la Becada del CCB en Garralda (Navarra)

Por otra parte podemos establecer un método basado en mezclar en una coctelera un gran número de datos sobre becadas capturadas durante una temporada en un territorio extenso y del mismo modo observar la evolución a lo largo de los años. Es lo que hace el Club de Cazadores de Becada en el “Proyecto Becada” con la información de miles de becadas capturadas desde 1999 en España. Así sí podemos comparar el dato de la proporción de jóvenes de una temporada en concreto con el dato medio y a partir de la desviación afirmar si el año de cría ha sido bueno o malo.

Espero que este post haya servido para aclarar algunas dudas. Sin más, aprovecho la ocasión para felicitaros las Fiestas y desearos un 2021 mejor que el pasado (No lo pongo difícil) 😉

Becadas: la interpretación de la proporción de jóvenes

  Muy buenas, después de un tiempo vuelvo con una publicación a propósito de que estos días se leen en las redes sociales mensajes con datos...