viernes, 29 de marzo de 2019

"La Pintoja" de gira en Loza



No, no me he vuelto loco. La famosa tonadillera no se ha dado una vuelta por la Cuenca de Pamplona, ni siquiera Paquirrín. Estoy hablando de la Polluela Pintoja (Porzana porzana) que en este inicio de la primavera se está viendo con profusión por la Península y la balsa de Loza, ese paraíso que tenemos a 5 kilómetros de la capital navarra, no es una excepción.

El pasado 15 de marzo y mientras esperaba pacientemente que alguno de las decenas de mosquiteros comunes que revoloteaban de rama en rama se quedara quieto para sacarle una foto, tuve la inmensa de que una polluela pintoja me entrara hasta la cocina. No es algo nada frecuente, ya que esta rállida, pariente de fochas, gallinetas y rascones, se mueve con gran sigilo entre la maleza de zonas húmedas. Su discreto plumaje y pequeño tamaño hacen el resto. En un primer momento me pareció una gallineta, pero enseguida salí de dudas. Una pequeña sesión de fotos y se perdió en la espesura. Unos días más tarde logré verla otra vez, pero ella me había detectado antes y puso patas en polvorosa.

Se trata de una reproductora escasa en la Península Ibérica, más abundante durante los pasos migratorios

La polluela perdiéndose entre la espesura del canal




Por otro lado, el tema no ha estado muy movido durante el mes de marzo en Loza. Al tiempo anticiclónico, que no favorece el que las migratorias paren en este humedal retenidas por los temporales que cierran el Pirineo, se ha unido la tremenda sequía que llevamos, así que los barrancos que nutren la charca se encuentran bajo mínimos.

Aún así se han visto cosas interesantes. Cigüeñas negras, espátulas y a mediados de marzo una entrada aceptable de anátidas: Cucharas, cercetas carretonas, ánades frisos, porrón europeo y alguna cerceta común.


Bonita cuadrilla de patos cuchara
Más cucharas sobrevolando los carrizos
Precioso macho de pato cuchara
Otros dos machetes al atardecer, el sol de frente desmerece la foto
Escuadrón de cucharas en formación
Una pareja de cucharas a punto de "tomar agua"

Dos machitos de la bellísima cerceta carretona




Las espátulas también son frecuentes en la migración prenupcial en este pequeña joya para el ornitólogo. Son inconfundibles por su gran tamaño, el color blanco inmaculado y la forma curiosa del pico que les da nombre.





En cuanto a limícolas, poco que contar. La sequía ha hecho mella en este pequeño humedal y los prados que normalmente se inundan esta primavera se presentan como la mojama. Pero alguna cosilla se ha dejado ver, como estos archibebes comunes que parecen enormes al lado de los correlimos grandes.




Las palomas torcaces también se han dejado ver en su migración hacia al norte, sobre todo en esos días de cierzo y cielos cubiertos que les obligan a volar más bajas. Procedentes de las dehesas del suroeste de la Península Ibérica donde han pasado el invierno pronto estarán en los bosques del centro y norte de Europa criando su prole.



Las cigüeñas blancas siempre están presentes en este humedal patroneando las zonas húmedas y praderas en busca de cualquier cosa que echarse al pico.





Mucho más esquivas son sus primas las cigüeñas negras, ante cualquier señal de peligro se alejan volando. Estos días de final del invierno y arranque de la primavera también elijen Loza como alojamiento temporal. Aunque fugazmente, también tuve oportunidad de fotografiar alguna.





Sobrevolando los carrizos siempre atento el aguilucho lagunero, dispuesto a lanzarse sobre cualquier pieza débil o despistada.




Y en lo más profundo de las choperas que rodean la laguna campea el sigiloso gavilán, que aparece y desaparece como un fantasma.




Las zonas de matorral cercanas a la laguna son el hábitat de uno de los pájaros más abundantes de la zona. Además son bastante confiados, así que se dejan inmortalizar así de bien. Es la tarabilla común.




También a mediados de marzo hemos disfrutado de una auténtica invasión de mosquiteros comunes en paso migratorio. Estos pequeños acróbatas no paran quietos volando de rama en rama y te vuelven loco para sacarles una foto medio decente.





Y por fin el pico picapinos, que estos días anda muy alterado buscando pareja y marcando el territorio. Esta hembra se me quedó mirando con curiosidad.






Bueno, espero que os haya gustado esta pequeña entrada con mi experiencia con "La Pintoja" en este pequeño pero apañado humedal del que disfrutamos a pocos kilómetros de la gran ciudad.











lunes, 18 de marzo de 2019

Sorpresas en la Balsa de Villaveta





Como dice el refrán, no hay mal que por bien no venga y muchas veces algo con connotaciones negativas puede traer algunas cosas más positivas. Esto sucede con el lugar que os traigo hoy al blog. Todos sabemos que la construcción de una gran infraestructura acarrea consecuencias bastante perjudiciales para el medio ambiente. El caso de los embalses no es ajeno a este hecho. Tras la construcción del embalse de Itoiz se inundó una zona de gran riqueza paisajística y para la fauna. Si tenemos que extraer alguna conclusión positiva de esta obra, además de la riqueza que ha creado en las zonas donde va ese agua, serían las pequeñas joyitas que hay aguas abajo del embalse.

Una de ellas es la balsa de Villaveta, una pequeña presa abastecida por el Canal de Navarra y situada a la izquierda de la carretera de Pamplona a Aoiz, a la altura del Señorío de Liberri. Se puede acceder con un vehículo sin tracción 4x4 por una pista asfaltada, pero ojo porque el tránsito por algunos caminos, especialmente los que bordean el canal está prohibido.

La lámina de agua tiene una superficie que no llega al medio km cuadrado y está rodeada de lomas con campos de cereal y monte bajo de ollagas, bojes y enebros. También hay zonas de zarzas y rosal silvestre y algún chopo de escasa talla. Las orillas son de limo, con alguna pequeña playa con carrizo.

Pues bien, este modesto "humedal" es una de mis zonas de pajareo, fundamentalmente por quedarme cerca de mi base de operaciones y coto de caza, por lo que siempre que puedo aprovecho para darme un garbeo. A pesar de no ser un sitio espectacular ni mucho menos, rara vez defrauda y a menudo da sorpresas monumentales, sobre todo en épocas de migración de aves, ya que toda esta zona constituye un importante corredor migratorio. Especialmente al final del invierno, cuando el Pirineo se cierra por algún temporal, las aves que suben hacia Europa quedan sedimentadas en esta laguna a la espera de que los pasos se limpien de nubes. Es en estos días de viento noroeste y xirimiri cuando podemos encontrarnos con especies poco habituales.

Uno de estos casos me ocurrió el pasado febrero. Tras una noche de tiempo revuelto, con una ligera nevada incluida, me di una vuelta por la balsa. Enseguida observé unos inquilinos poco frecuentes en la zona: Una bandada de una quincena de ánsares comunes o gansos, que por aquí llamamos ansarones. En un primer momento no vi nada raro, pero cuando levantaron el vuelo para seguir su viaje llamó mi atención un ejemplar más pequeño y oscuro entre los grandes gansos. Rápidamente les lancé un ráfaga con la cámara de fotos y al comprobar las imágenes ¡Gol en Las Gaunas! Una BARNACLA CARINEGRA volaba de incógnito entre los ánsares.

Bandada de Ánsares comunes en Villaveta
La barnacla carinegra (Branta bernicla) es un tipo de pequeño ganso que cría en las lejanas tierras del Ártico (Canadá, Goenlandia y extremo norte de Europa y Asia) En Europa, sus principales zonas de invernada se localizan en las islas Británicas, Francia, Países Bajos, Bélgica, Dinamarca y las costas del Báltico.

En invierno a España llegan contados ejemplares que se localizan fundamentalmente en las costas cantábrico, siendo las marismas de Santoña su principal destino en la Península. Por tanto, observar un ejemplar en el interior es francamente extraño, de hecho, esta cita es la tercera en Navarra desde 1999.

Los ánsares y la pequeña barnacla carinegra volando con ellos
En esta imagen se ve más nítida a la carinegra

En estas fotos podéis verla volando junto a los gansos, de los que destaca por su tamaño notablemente menor y su color oscuro. Aunque ya había tenido ocasión de observarlas en mis viajes a Estonia, la verdad es que este encuentro fue muy agradable, siempre gusta ver algo poco habitual. Lo malo es que las aves siguieron su viaje y no pudieron ser observadas por más pajareros.



Luego al revisar las fotos en casa con más detenimiento pude ver como en las primeras imágenes que tomé de los gansos posados en el agua ya se veía a la barnacla, pero en un primer momento no me percaté.


El grupo de gansos nadando en el centro de la laguna y con ellos la barnacla infiltrada
Además del episodio con esta barnacla también este invierno se han visto otras curiosidades. En los primeros días de marzo llegó a la laguna un ejemplar joven de cisne vulgar (Cygnus olor), quien a los pocos días se vio acompañado de otro congénere.

Uno de los dos cisnes que llegaron a Villaveta en marzo

Aquí lo véis nadando plácidamente, por el poco temor que se le nota hacia las personas e incluso parece que tiende a acercarse a ellas, podría tratarse de algún cisne que ha estado en algún parque urbano donde ha sido alimentado.

En esta otra imagen se le ve rodeado de otras visitantes inesperadas, las avocetas.

Cisne vulgar y avocetas

Pues sí, también durante la migración prenupcial Villaveta ha servido de "stop over" para un pequeño grupo de estas simpáticas limícolas. Que yo sepa, esta es la primera cita para este embalse de la avoceta (Recurvirostra avosseta) Yo hasta ahora siempre las había visto caminando por las orillas de lagunas y estuarios, por eso me llamó la atención observarlas nadando como si fueran anátidas. En un momento dado levantaron el vuelo y me brindaron la oportunidad de sacarles unas bonitas instantáneas, con un picado incluido cuando volvieron a posarse en el agua.






La avoceta es una de las limícolas más elegantes, con sus patas largas y azuladas, su traje blanco y negro y el fino pico curvado hacia arriba. Su silueta es inconfundible. Numerosas avocetas procedentes de Europa occidental pasan el invierno entre nosotros, especialmente en áreas costeras.

El resto del invierno ha estado entretenido por la laguna, a pesar de que este año no ha apretado demasiado el frío para la llegada de migratorias. En cuanto a anátidas hemos contado con los omnipresentes ánades reales o azulones (Anas platyrhynchos), una bonita presencia de patos cuchara (Spatula clypeata), cercetas comunes (Anas crecca), porrón moñudo (Aythya fuligula), porrón europeo (Aythya ferina) y ánade silbón (Mareca penelope)

Macho de la bellísima cerceta común

Zampullines comunes en muda invernal junto a dos hembras de porrón moñudo

Un grupo de porrones moñudos encabezados por dos machos


Macho de porrón europeo, muy abundantes en septiembre en la laguna

Macho de pato cuchara, durante la migración primaveral se han dejado caer con asiduidad

Focha común
En cuanto a zampullines hemos disfrutado de una gran densidad de zampullin común (Tachybaptus ruficollis) con sus constantes zambullidas, desde septiembre hasta bien entrado febrero, así como un par de ejemplares de somormujo lavanco (Podiceps cristatus)

Tampoco han faltado una veintena de fochas (Fulica atra)

Respecto a las de "patas largas" o limícolas, poco que decir, además de las mencionadas avocetas tuvimos la visita fulgurante de alguna agachadiza común (Gallinago gallinago), media docena de andarríos grande (Tringa ochropus) y un andarríos chico (Actitis hypoleucos)

Pareja de agachadizas comunes o becacinas

Andarríos chico

Andarríos chico
Con los fríos de febrero también disfrutamos durante unos días de un numeroso bando de zorzales alirrojos (Turdus iliacus), cada vez más escasos, supongo que los inviernos tan templados que estamos padeciendo no les obligan a bajar tan al Sur. Difícil conseguir una toma buena, son muy desconfiados por la cuenta que les trae.

Zorzales alirrojos
También las rapaces ocupan un lugar destacado en el entorno de la laguna. Un par de gavilanes tienen su territorio de caza por la zona, así como milanos reales y al final del invierno llegan los milanos negros.

Gavilán común (Accipiter nisus)

Milano negro (Milvus migrans)

Y por último no podemos olvidar a los más diminutos pajaricos que pueblan las orillas de este enclave: Lavanderas blancas, carboneros, acentor común, pinzón vulgar, tarabillas comunes...En los campos de cereal los siempre presentes trigueros y entre los matorrales escribanos soteños, petirrojos, etc.


Escribano montesino







Escribano soteño



Acentor común






Becadas: la interpretación de la proporción de jóvenes

  Muy buenas, después de un tiempo vuelvo con una publicación a propósito de que estos días se leen en las redes sociales mensajes con datos...