martes, 22 de diciembre de 2020

Becadas: la interpretación de la proporción de jóvenes

 

Muy buenas, después de un tiempo vuelvo con una publicación a propósito de que estos días se leen en las redes sociales mensajes con datos de proporción de jóvenes capturados aquí o en el extranjero, mediante caza o anillamiento. A veces veo interpretaciones que a mi juicio pueden considerarse un poco aventuradas. Esto se produce con frecuencia porque identificamos la proporción de jóvenes solamente con éxito de cría y no siempre es así.

¿Qué entendemos por âge-ratio o proporción de jóvenes? Sería un porcentaje que expresa el tanto por ciento de individuos jóvenes sobre el total de capturas, bien sea de becadas cazadas o anilladas. Es decir, si afirmamos que en la bolsa de capturas de una temporada tenemos un âge-ratio del 65% significará que se han cazado o anillado un 65% de becadas jóvenes o nacidas en la primavera/verano anterior y un 35% de individuos adultos, que serían becadas en su segundo invierno o más.

El dato de la proporción de jóvenes no siempre es indicativo del éxito del año de cría

Si profundizamos más en el estudio del estado de muda del plumaje de las becadas adultas también podríamos precisar incluso si se trata de becadas solo de segundo invierno o de tercer invierno o más. Pero esto ya sería material para otro post.

Bien, como digo, a menudo se asocia proporción de jóvenes con éxito de cría. Esto tiene su lógica porque lo normal es que si la temporada de nidificación de las becadas ha sido óptima habrá un mayor número de pollos que han salido adelante y en consecuencia a la hora de cazar o anillar capturaremos más ejemplares juveniles.

A través de las plumas del ala podemos determinar la edad de una becada
A través de las plumas del ala podemos determinar la edad de una becada

Sin embargo, esto no siempre es así porque la proporción de jóvenes depende de más factores.

Una de estas variables es la filopatría o fidelidad de las becadas hacia su lugar de invernada, cría e incluso a las paradas intermedias durante sus migraciones. Mediante el anillamiento y el seguimiento por satélite se ha demostrado que las becadas adultas tienden a volver con una precisión casi milimétrica a los lugares donde pasaron el invierno anterior o los bosques del norte de Europa donde criaron. También durante sus viajes migratorios elijen sus “stop over”, paradas para descansar y alimentarse, en función de las experiencias de años anteriores. Este comportamiento no se cumple al 100%, pero si en una proporción muy elevada de los individuos. Como excepción y quizás relacionado con el cambio climático y el aprendizaje sobre el ahorro de esfuerzos se ha observado que algunos ejemplares adultos tienen un comportamiento tendente a quedarse a pasar el invierno más al norte conforme van pasando los años.

Las becadas adultas tienden a elegir los mismos los lugares de invernada, nidificación y paradas durante la migración

En definitiva, esta filopatría de las becadas tiene grandes implicaciones a la hora de interpretar el âge-ratio. Por ejemplo, si ponemos la lupa en una reserva de caza donde no hay aprovechamiento cinegético de la becada, el hecho de que al final de temporada queden la mayoría de aves que han pasado el invierno en ese lugar conlleva que en el otoño siguiente en condiciones normales regresará un gran número de esas becadas adultas. Serían becadas fieles a ese lugar de invernada. Esto necesariamente significa que habrá una proporción de jóvenes muy baja respecto al número total de becadas que invernan en esa reserva.

Si por otro lado nos fijamos en un lugar con una alta presión cinegética, con una gran extracción de becadas a lo largo de la temporada, tendremos que al final del invierno sobrevivirán pocos individuos adultos. Es decir, habrá pocas becadas adultas que volverán a ese lugar en el otoño siguiente y por tanto esta zona de caza se nutrirá principalmente de becadas jóvenes. Por tanto, su âge-ratio o proporción de jóvenes será siempre alta y por supuesto bastante más elevada que una reserva de caza. Por eso como norma se toma el dato de la proporción de jóvenes de un territorio como indicativo de la tasa de mortalidad de las becadas. Dicho de otra forma, si en un coto de caza la âge-ratio media es de un 60% sabremos que aproximadamente seis de cada diez becadas que entran a dicho coto serían cazadas.

En una misma temporada y zona la proporción de jóvenes en un área de caza será mayor que en una reserva

En consecuencia, si tomamos como ejemplo una misma tasa de jóvenes del 60%, se puede considerar muy elevada para una reserva de caza y por el contrario muy escasa para una zona con alta presión cinegética. En otras palabras, en una misma temporada de caza podemos tener proporciones de jóvenes del 40% en lugares con poca presión de caza y del 70% en cotos donde se cazan muchas becadas. Y equivocadamente los primeros podrían interpretar que estamos ante un mal año de cría y los segundos ante uno bueno, aunque igual estemos hablando de territorios contiguos o separados por muy poca distancia.

Por otro lado, e igual que hemos destacado la fidelidad o filopatría de las becadas adultas, en el caso de los individuos jóvenes no existe, como es obvio, tal comportamiento. Sabemos que a la hora de elegir el rumbo de la migración hay cierta base genética que orienta a los individuos jóvenes en su primer viaje. Sin embargo, las becadas juveniles son mucho más dependientes de la meteorología y volubles ante cambios bruscos de las condiciones del hábitat que los ejemplares adultos. Por ejemplo, en años con frío extremo en el centro de Europa y vientos del noreste podemos observar una irrupción masiva de becadas jóvenes en la Península Ibérica, dando una falsa o exagerada sensación de “buen año de cría” cuando lo que tenemos es que estas becadas que ahora están aquí faltan en otros lugares, en los que por el contrario hablarán de “mal año de cría”.  Algo parecido sucede como consecuencia de un cambio brusco del tiempo por la llegada de una borrasca por la noche y que puede llegar a arrastrar grandes cantidades de becadas en migración a una zona concreta, lo que se conoce como tombées, compuesta en su mayoría individuos jóvenes y por tanto más inexpertos en la migración.

La distribución de las becadas jóvenes durante el invierno está más condicionada por la meteorología que en el caso de las adultas

Algo parecido sucede cuando en un territorio concreto hay poca disponibilidad de alimento para las becadas debido a que el terreno se presenta muy seco, helado o cubierto de nieve. Veremos que con el transcurso de los días la proporción de jóvenes va descendiendo porque, al no tener esa querencia adquirida a un lugar fijo (Filopatría), tienden a abandonar antes el lugar en busca de comarcas con condiciones más benévolas. Sin embargo, las becadas adultas permanecen fieles al bosque donde invernaron con éxito otros años. Infelizmente esta querencia puede ser fatal para ellas, ya que si las condiciones adversas se alargan en el tiempo las becadas se debilitan por la escasez de alimento y la decisión de abandonar la zona puede llegar demasiado tarde. Esto lo hemos observado durante olas de frío, con mortandades elevadas de becadas que aguantaron en un lugar hasta que fue tarde para ellas.

Una becada adulta puede permanecer fiel a un territorio de invernada aunque las condiciones de acogida sean precarias

Tampoco podemos obviar que en aquellos territorios que actúan como pasillos migratorios la proporción de jóvenes suele ser mayor, esto es consecuencia de que allí el efecto filopatría queda más diluido frente a la importancia de estos corredores para becadas de todas las edades.

Por último, la técnica mediante la que obtenemos el dato de proporción de jóvenes también puede tener influencia sobre el valor de dicho dato. Un ejemplo lo vimos hace años comparando el valor del âge-ratio en Francia obtenido a partir de las alas de las becadas cazadas frente al de las becadas anilladas. Había diferencias de hasta un 15%. Esto pudo deberse a un diferente comportamiento de las becadas a la hora de salir a los prados a alimentarse. Por ejemplo, se llegó a considerar que las becadas adultas, más precavidas, permanecían en el bosque durante la noche, con lo que el dato de la proporción de jóvenes de becadas anilladas estaría sobredimensionado. O que la diferencia se debiera a un mayor esfuerzo de anillamiento en zonas del norte u noroeste de Francia más favorables para anillar becadas y donde la âge-ratio es tradicionalmente mayor frente a la Francia mediterránea donde hay menos praderas “anillables” y además la proporción de jóvenes no es tan alta, mientras que el esfuerzo de caza era similar para todas las regiones. En cualquier caso, fue un dato curioso y que invita a la reflexión sobre la necesidad de comparar “peras con peras y manzanas con manzanas”.

Dependiendo de las circunstancias la proporción de jóvenes obtenida mediante caza puede diferir del anillamiento

Por tanto, bajo mi punto de vista, para valorar el éxito de cría en un año concreto podemos recurrir a dos métodos.

Por un lado, si ponemos la lupa en un lugar en concreto, habría que observar la tendencia de este valor a lo largo de un periodo de estudio, una década o más. A partir de ahí podríamos determinar una desviación del valor de un año respecto a los valores medios y con esto hacer una valoración sobre el éxito del año de cría, en mi opinión con grandes reservas y sin darle una validez definitiva. Más o menos esto es lo que se haría en lugares como el Santuario de la Becada de Vormsi, en Estonia o lo que se pretende hacer en La Casa de la Becada del CCB en Garralda (Navarra)

Por otra parte podemos establecer un método basado en mezclar en una coctelera un gran número de datos sobre becadas capturadas durante una temporada en un territorio extenso y del mismo modo observar la evolución a lo largo de los años. Es lo que hace el Club de Cazadores de Becada en el “Proyecto Becada” con la información de miles de becadas capturadas desde 1999 en España. Así sí podemos comparar el dato de la proporción de jóvenes de una temporada en concreto con el dato medio y a partir de la desviación afirmar si el año de cría ha sido bueno o malo.

Espero que este post haya servido para aclarar algunas dudas. Sin más, aprovecho la ocasión para felicitaros las Fiestas y desearos un 2021 mejor que el pasado (No lo pongo difícil) 😉

martes, 15 de septiembre de 2020

Un poco de todo. Birding en casa, Pirineos, buitres, bebederos, Deltebre y Sierra de Irta

Muy buenas, becadas viajeras, después de unos meses por fin me decido a escribir y es que la vida en el pueblo en verano y no tener wifi ponen difícil mantener al día el blog. A partir de ahora y con más tranquilidad me he propuesto darle un poco más de vidilla. 

Dada la situación tan peculiar que nos está tocando vivir y a falta de otras alternativas de ocio, la vida en el campo y los paseos en el monte se han impuesto en mi vida y en la de otros tantos miles de personas a tenor de lo concurrido que está el medio natural en estos últimos meses.

Los paseos en mi “local patch” de Mendioroz, en el valle de Lizoain, han sido continuos, disfrutando de este paraíso natural que tenemos tan cerca de Pamplona y desconocido para la gran mayoría. Dentro de la gran diversidad de avifauna que gozamos en estos valles, propios de una zona de transición entre el clima atlántico y mediterráneo y en el que podemos observar tanto especies propias de los bosques templados europeos como eminentemente mediterráneas, en el mes de junio tuve la fortuna de observar y fotografiar en la lejanía un ejemplar subadulto de águila imperial ibérica (Aquila adalberti). Un auténtico “bimbazo”, ya que pocas veces se había avistado un individuo de esta especie tan al norte de la Península Ibérica y que da cuenta de las enormes posibilidades de esta zona a poco que se la cuide.

Lejana Águila imperial ibérica

Esto viene a cuento por el proyecto que ha salido a la luz y que tiene como objetivo construir un inmenso parque eólico al norte de Pamplona, única zona de Navarra libre hasta ahora de los aerogeneradores y que podría impactar de lleno en esta comarca. No voy a entrar a valorar lo idóneo de este tipo de energía autodenominada verde y su efecto “coste/beneficio”, esto lo dejo a los expertos en la materia. Sin embargo, sí que parece un poco descabellado que existiendo zonas más degradadas y humanizadas que podrían albergar este tipo de infraestructuras, se elijan parajes tan valiosos desde el punto de vista medioambiental y paisajístico como es el caso, por ejemplo, de Egulbati y Lakarri. Recordemos que en estos rincones crecen bosques mixtos de roble, haya y pino que llevan casi un siglo sin explotar y en los roquedos crían especies tan emblemáticas como el águila real. Además, la ausencia de grandes infraestructuras ha dado lugar a un paisaje totalmente salvaje, de enorme valor, resultando difícil creer cuando recorremos sus montes que nos encontramos a escasos minutos del centro de Pamplona.


Todo esto se podría destruir para siempre si se levantan estos enormes molinos con sus palas, acompañados de las pistas que coserían el monte. Deberíamos pararnos a reflexionar si éste es el legado que queremos dejar a futuras generaciones.

Otra foto de este ejemplar subadulto, primera cita en la zona

Dejando a un lado este polémico asunto, durante estos meses también ha habido oportunidad de aproximarse a las carroñeras cuando ha aparecido algún animal muerto en el monte. Aquí podéis ver algunas imágenes de buitres leonados. Impresionante la capacidad que tienen estas aves de localizar la carroña, agruparse en torno a ella y devorarla en cuestión de minutos. Se trata de unos auténticos higienizadores del monte, siendo su labor totalmente necesaria, aunque no siempre apreciada.

Aterrizando rápidamente tras detectar la carroña

Uno tras otro van llegando cantidad de buitres

Parece que hay hambre

Las peleas entre ellos, los chillos y gruñidos cuando hay comida en disputa lo cierto es que impresionan bastante, enseguida quedan claras las jerarquías, con los ejemplares jóvenes a la cola y los individuos con más experiencia y "mala leche" mostrando sus galones.

Tremenda la manera de engullir grandes pedazos de carne

Sorprende la rapidez con la que devoran un animal y la capacidad de atracción, con buitres llegando a gran altura y desde los cuatro puntos cardinales.

Peleando por ver quién se lleva el bocado mayor

En pocos minutos todo ha acabado y los buitres se dispersan hacia sus lugares de origen.

Fin del festín

Espectacular concentración de buitres

También en los días más calurosos del verano me he acercado a los puntos de agua que en su momento construimos desde la Sociedad Local de Cazadores para beneficio de toda la fauna y que van dando resultado. En los días más propicios han acudido a saciar su sed o bañarse un buen número de especies, sobre todo granívoras, con el gorrión chillón como especie más numerosa, seguido de pardillos, verdecillos, verderones, jilgueros, trigueros y también algún alcaudón dorsirrojo, zarcero y lavandera. En estas esperas también he podido presenciar el ataque del gavilán, un oportunista que aprovecha este momento de indefensión de las aves. 


Pareja de gorriones chillones

Zarcero políglota

Pardillo


Sacar buenas fotos en estos puntos me ha resultado bastante complicado por lo desconfiadas que se muestran las aves en los bebederos, poco a poco iremos perfeccionando la técnica, siempre procurando interferir los menos posible en la ya complicada vida que de por sí tienen las aves ligadas al medio agrícola.

Más gorriones chillones, la especie más abundante en la charca

Sin embargo, tras unos días desaparecieron como por arte de magia

En uno de los posaderos colocados para facilitar el acceso seguro  al agua

Como resumen de estas incursiones dejo un listado de los avistamientos en estos últimos meses y que como siempre he subido a la plataforma Ebird:

Perdiz roja Alectoris rufa

Paloma torcaz Columba palumbus

Tórtola turca Streptopelia decaocto

Buitre leonado Gyps fulvus

Culebrera europea Circaetus gallicus

Águila real Aquila chrysaetos

Gavilán común Accipiter nisus

Azor común Accipiter gentilis

Milano real Milvus milvus

Picamaderos negro Dryocopus martius

Cernícalo vulgar Falco tinnunculus

Arrendajo euroasiático Garrulus glandarius

Urraca común Pica pica

Corneja negra Corvus corone

Herrerillo capuchino Lophophanes cristatus

Carbonero común Parus major

Golondrina común Hirundo rustica

Avión común Delichon urbicum

Mosquitero papialbo Phylloscopus bonelli

Mosquitero común/ibérico Phylloscopus collybita/ibericus

Curruca capirotada Sylvia atricapilla

Curruca carrasqueña Sylvia cantillans

Reyezuelo listado Regulus ignicapilla

Chochín común Troglodytes troglodytes

Estornino pinto Sturnus vulgaris

Estornino negro Sturnus unicolor

Zorzal común Turdus philomelos

Mirlo común Turdus merula

Papamoscas gris Muscicapa striata

Petirrojo europeo Erithacus rubecula

Papamoscas cerrojillo Ficedula hypoleuca

Colirrojo tizón Phoenicurus ochruros

Tarabilla común europea Saxicola rubicola

Collalba gris Oenanthe oenanthe

Gorrión común Passer domesticus

Lavandera blanca Motacilla alba

Bisbita campestre Anthus campestris

Pinzón vulgar Fringilla coelebs

Verderón común Chloris chloris

Pardillo común Linaria cannabina

Serín verdecillo Serinus serinus

Paloma bravía Columba livia

Águila calzada Hieraaetus pennatus

Alcotán europeo Falco subbuteo

Tarabilla norteña Saxicola rubetra

Mochuelo europeo Athene noctua

Alondra totovía Lullula arborea

Curruca rabilarga Sylvia undata

Jilguero europeo Carduelis carduelis

Autillo europeo Otus scops

Chotacabras europeo Caprimulgus europaeus

Vencejo común Apus apus

Cigüeña blanca Ciconia ciconia

Pico picapinos Dendrocopos major

Alimoche común Neophron percnopterus

Abubilla común Upupa epops

Cuervo grande Corvus corax

Zarcero políglota Hippolais polyglotta

Mito común Aegithalos caudatus

Como veis, una buena recopilación de aves, con un poquito de todo. Como muestra, este espectacular picamaderos negro, especie que va consolidándose en un pinar de repoblación que fue bastante dañado hace unos años por un vendaval y supongo que los árboles muertos les proporcionan mucho alimento en forma de insectos xilófagos.

Picamaderos o pito negro

Otro clásico del bosque, el petirrojo europeo, también este año se han detectado bastantes ejemplares.

Petirrojo

Conforme avanza el verano van apareciendo los juveniles nacidos este año, con el plumaje más apagado y "despeluchado" que sus congéneres adultos. Por ejemplo, este pequeño mito.

Mito

O este joven herrerillo común, mucho más discreto que los adultos, sin los vivos tonos azules y amarillos.

Herrerillo

En las zonas más abiertas y a partir de mediados de agosto cuando se empiezan a labrar los campos es más fácil detectar especies que hasta ese momento permanecían ocultas en los cultivos. Este es el caso de la bisbita campestre, la única bisbita ibérica ligada a las estepas y cultivos de cereal y que permanece con nosotros durante el verano.

Bisbita campestre

En septiembre es fácil detectarlas en los campos labrados, además es la época de máximo movimiento migratorio.


Igualmente en al final del verano se puede apreciar una gran densidad de collalbas grises descansando de su periplo migratorio en labrados y rastrojos.

Collalba gris

Al final del verano los mosquiteros también hacen acto de presencia de manera masiva, en este caso una pareja de mosquiteros musicales eligieron el jardín como estación de parada y fonda.

Mosquitero musical

Mosquitero


En los paseos al atardecer no suelen fallar los avistamientos de corzos y jabalíes, cada vez más comunes y abundantes. El abandono del monte contribuye a que año tras año tengan más refugio y defensa.

Preciso macho de corzo

Otro macho con un trofeo menor, pero también bellísimo

En cuanto a viajes, alguna salida a la montaña del Pirineo ha caído por los valles de Tena, Aragón y Roncal. Allí, además de disfrutar de los maravillosos paisajes siempre hay que estar atento a la aparición de especies propias de estas altitudes y que son poco frecuentes en las zonas donde me muevo habitualmente.


Valle de Ripera, en Panticosa

Alguna foto pude sacar, siempre condicionado a que en la alta montaña las aves se mueven a distancias considerables y suele ser complicado acercarse, en un vuelo te cambian de ladera y adiós muy buenas. En los lugares con algo de cobertura forestal la aproximación se pone más sencilla, como a este carbonero garrapinos en una pequeña mancha de pino negro en las laderas del Tobazo, en Candanchú.

Carbonero garrapinos

Bonito y confiado pajarillo. Como indica su nombre, es uno de nuestros paseriformes más ligados a los bosques de coníferas, donde se pueden encontrar las mayores densidades.

Este posó a pocos metros de la cámara

Unos clásicos de los bosques clareados de pino negro, en el límite con los pastizales son los verderones serranos, que en Candanchú y Larra aparecieron en buenas cantidades, algunos de ellos muy tranquilos ante mi presencia.

Verderones serranos

Una hembra muy cercana



Bosque de Sansanet en la aproximación a la Chorrota de Aspe

En las laderas con menos vegetación y mayor presencia de roquedos nunca falta el colirrojo tizón, pajarillo que en algunos lugares aparece en números llamativos. Aquí podemos ver una bonita hembra de Candanchú.

Hembra de colirrojo tizón.

Si nos movemos hacia laderas cubiertas de pastos es fácil que localicemos al colorido y llamativo escribano cerillo, característico también por su inconfundible reclamo. Este espectacular macho se movía entre las piedras y helechos del valle de Ripera, en Panticosa.





Escribano cerillo

En este otro caso era una hembra la que nos vigilaba desde lo alto de una roca, un comportamiento típico de los cerillos. Foto tomada en El Tobazo de Candanchú.

Escribano cerillo


Si seguimos moviéndonos en los pastizales y si existe algún matorral no es raro avistar tarabillas norteñas o como en este caso, un acentor común.

Acentor común

En los brezales de la zona de Somport estuve buscando indicios de la presencia de la cada vez más escasa perdiz pardilla, sin suerte.

Candanchú desde Somport

Dentro de las zonas más escarpadas pude localizar una de las especies objetivo cuando visitas zonas montañosas, el roquero rojo. Este pariente de los mirlos solo nos visita en verano y es bastante raro de ver. Aquí se trataba de un joven macho o quizás un macho en muda, ya que no lucía el plumaje llamativo y espectacular de los machos adultos en primavera.


Roquero rojo
Las fotos están tomadas cerca de Candanchú.


Aquí está más próximo.


Vista de los Infiernos desde el Portalet

Como siempre en estas altitudes esperas encontrar otras especies típicas de mamíferos, como el sarrio

Sarrio en Anayet


Sarrio en Ripera

La ruidosa marmota

Marmota de Panticosa

Marmota curiosa

O también anfibios propios de la zona, como esta rana pirenaica subiendo a los ibones de Anayet.



Rana pirenaica

En total y de acuerdo a los listados de Ebird, 68 especies observadas, lo que no está nada mal, con algunas citas bonitas ya que como digo no son pájaros que vea normalmente, como el roquero solitario, escribano cerillo y montesino, tarabilla norteña, acentor alpino o verderón serrano.

 Alimoche común Neophron percnopterus

Buitre leonado Gyps fulvus

Milano real Milvus milvus

Busardo ratonero Buteo buteo

Pico dorsiblanco Dendrocopos leucotos

Pico picapinos Dendrocopos major

Picamaderos negro Dryocopus martius

Cernícalo vulgar Falco tinnunculus

Arrendajo euroasiático Garrulus glandarius

Chova piquigualda Pyrrhocorax graculus

Chova piquirroja Pyrrhocorax pyrrhocorax

Corneja negra Corvus corone

Carbonero garrapinos Periparus ater

Herrerillo capuchino Lophophanes cristatus

Carbonero palustre Poecile palustris

Herrerillo común Cyanistes caeruleus

Carbonero común Parus major

Mito común Aegithalos caudatus

Avión zapador Riparia riparia

Golondrina común Hirundo rustica

Avión común Delichon urbicum

Mosquitero papialbo Phylloscopus Bonelli

Mosquitero musical Phylloscopus trochilus

Mosquitero común Phylloscopus collybita

Curruca capirotada Sylvia atricapilla

Reyezuelo sencillo Regulus regulus

Reyezuelo listado Regulus ignicapilla

Trepador azul Sitta europaea

Chochín común Troglodytes troglodytes

Zorzal común Turdus philomelos

Mirlo común Turdus merula

Zorzal charlo Turdus viscivorus

Petirrojo europeo Erithacus rubecula

Papamoscas cerrojillo Ficedula hypoleuca

Papamoscas gris Muscicapa striata

Colirrojo tizón Phoenicurus ochruros

Acentor alpino Prunella collaris

Acentor común Prunella modularis

Lavandera blanca Motacilla alba

Pinzón vulgar Fringilla coelebs

Camachuelo común Pyrrhula pyrrhula

Jilguero europeo Carduelis carduelis

Pardillo común Linaria cannabina

Verderón común Chloris chloris

Verderón serrano Carduelis citrinella

Piquituerto común Loxia curvirostra

Serín verdecillo Serinus serinus

Vencejo común Apus apus

Quebrantahuesos Gypaetus barbatus

Torcecuello euroasiático Jynx torquilla

Alcaudón dorsirrojo Lanius collurio

Urraca común Pica pica

Roquero rojo Monticola saxatilis

Tarabilla norteña Saxicola rubetra

Tarabilla común europea Saxicola rubicola

Collalba gris Oenanthe oenanthe

Bisbita alpino Anthus spinoletta

Escribano montesino Emberiza cia

Escribano cerillo Emberiza citrinella

Águila real Aquila chrysaetos

Águila calzada Hieraaetus pennatus

Gorrión común Passer domesticus

Andarríos chico Actitis hypoleucos

Andarríos grande Tringa ochropus

Alondra común Alauda arvensis

Zarcero políglota Hippolais polyglotta

Mirlo acuático europeo Cinclus cinclus

Cárabo Strix aluco



Águilas reales


Continuando con las salidas más allá de los dominios más cercanos, en septiembre tocaba aprovechar los últimos rayos de sol en las playas del Mediterráneo y siempre que se pasa por allí y para no perder la costumbre no viene mal una paradinha en el paraíso natural del Delta del Ebro. Como digo, parada breve pero bien aprovechada


Laguna de l'Encanyissada cerca de la Casa de Fusta

Este lugar es el no va más para observación de aves en España, entramos en otra dimensión en cuanto a cantidad y diversidad de aves. Casi demasiado, más de lo que se puede abarcar, ya que te vuelves majara de ver tanto y por todos lados. El año pasado ya tiré unas cuantas fotos a muchas especies, así que este año fui más selectivo con aves que me faltaban o en situaciones más favorables.

Visité los alrededores de la Casa de Fusta y la zona del Trabucador, parajes que el año pasado no fallaron.

Carricero común
Otro pajarillo que se mueve en su salsa en los carrizos y herbazales es el buitrón

En los arrozales encontré bastante vida, más que en anteriores ocasiones. La verdad es que en general se apreciaba bastante movimiento. Aquí topamos con un combatiente descansando plácidamente.

Combatiente

Tres cigüeñuelas con una gaviota reidora en primer plano

En estos arrozales tuve la fortuna de encontrar todos los días un grupo de flamencos que posaban a placer y con los que no desaproveché oportunidad de afotar con todo a favor, resultando unas imágenes bastante potables.

Grupo de flamencos con una joven cigüeñuela que casi se les enreda en las patas

Los mismos flamencos barriendo el arrozal en busca de comida

A este grupo le acompañaba en todo momento un pollo del año, con su apagado plumaje gris y pico pálido.

Joven flamenco


Toda la zona de arrozales y canales próximos a la Casa de Fusta son muy propicios para localizar toda la gama de garzas propias del Delta y entre ellas la garcilla cangrejera es la que más ilusión hace, porque cerca de casa es muy poco común. Tuve la ocasión de localizar varias, entre ellas ésta en vuelo justo por delante del observatorio.


Garcilla cangrejera

Y también otra en la actitud clásica de ocultamiento entre los cañaverales. Se trata de un ave bastante desconfiada y a la mínima interferencia se aleja volando.

Garcilla cangrejera.

Al amanecer y atardecer se producía el movimiento masivo de moritos de camino o regreso de los arrozales en los que se alimentan. Todo un espectáculo las numerosas bandadas de este ibis, pariente de los pelícanos, por lo que dicen los expertos son cada vez más abundantes y están colonizando nuevas zonas.

Bandada de moritos

En los canales y arrozales habitan cantidad de cangrejos rojos, de los que se nutren multitud de aves, como este fumarel cariblanco al que pillé alimentando a su cría que esperaba posada en un poste. El adulto no acababa de fiarse a entrar con la ceba ante mi presencia, pero finalmente se lanzó y sin llegar a posarse dejó el cangrejo en el pico del pollo. Un auténtico acróbata del aire.







Si nos desplazamos a la zona de la playa del Trabucador podemos localizar especies más propias de marismas y de la primera línea de costa. Entre ellas varios chorlitejos grandes, chorlitejos patinegros y correlimos.

Chorlitejo grande

También me sorprendieron dos chorlitos grises, especie que el año pasado no recuerdo haber visto.



Chorlito gris

Y como siempre las gaviotas de Audouin, un ave en franca expansión y que desde el Delta se ha propagado a grandes áreas de la costa Mediterránea, en este viaje las he llegado a ver cerca de Tarragona y más allá de Peníscola por el sur. 








Y aquí va la lista de Ebird para el Delta:

Flamenco común Phoenicopterus roseus 
Zampullín común Tachybaptus ruficollis 
Paloma torcaz Columba palumbus 
Tórtola europea Streptopelia turtur 
Tórtola turca Streptopelia decaocto 
Vencejo común Apus apus 
Rascón europeo Rallus aquaticus 
Gallineta común Gallinula chloropus 
Focha común Fulica atra 
Calamón común Porphyrio porphyrio 
Cigüeñuela común Himantopus himantopus 
Avefría europea Vanellus vanellus 
Zarapito trinador Numenius phaeopus 
Combatiente Calidris pugnax 
Andarríos chico Actitis hypoleucos 
Andarríos grande Tringa ochropus 
Archibebe claro Tringa nebularia 
Gaviota reidora Chroicocephalus ridibundus 
Gaviota de Audouin Ichthyaetus audouinii 
Gaviota patiamarilla Larus michahellis 
Gaviota sombría Larus fuscus 
Charrancito común Sternula albifrons 
Pagaza piconegra Gelochelidon nilotica 
Charrán patinegro Thalasseus sandvicensis 
Cormorán moñudo Phalacrocorax aristotelis 
Avetorillo común Ixobrychus minutus 
Garza real Ardea cinerea 
Garza imperial Ardea purpurea 
Garceta grande Ardea alba 
Garceta común Egretta garzetta 
Garcilla bueyera Bubulcus ibis 
Garcilla cangrejera Ardeola ralloides 
Martinete común Nycticorax nycticorax 
Morito común Plegadis falcinellus 
Aguilucho lagunero occidental Circus aeruginosus 
Martín pescador común Alcedo atthis 
Cernícalo vulgar Falco tinnunculus 
Urraca común Pica pica 
Cistícola buitrón Cisticola juncidis 
Carricero común Acrocephalus scirpaceus 
Avión zapador Riparia riparia 
Golondrina común Hirundo rustica 
Avión común Delichon urbicum 
Mosquitero común Phylloscopus collybita 
Cetia ruiseñor Cettia cetti 
Curruca mosquitera Sylvia borin 
Estornino negro Sturnus unicolor 
Papamoscas cerrojillo Ficedula hypoleuca 
Gorrión común Passer domesticus 
Lavandera blanca Motacilla alba 
Chorlito gris Pluvialis squatarola 
Chorlitejo patinegro Charadrius alexandrinus 
Chorlitejo grande Charadrius hiaticula 
Chorlitejo chico Charadrius dubius 
Vuelvepiedras común Arenaria interpres Correlimos común Calidris alpina

Ánade azulón Anas platyrhynchos 


Si viajamos unos 70 kilómetros hacia el sur podemos encontrar una de las pocas zonas costeras que todavía quedan relativamente poco explotadas en el Levante español, con ausencia de grandes construcciones y calas poco accesibles. Se trata del Parque natural de la sierra de Irta, unos 15 kilómetros de litoral y monte, localizado entre las localidades de Peníscola y Alcossebre.

Allí que nos dirigimos, encontrando un lugar que merece bastante la pena recorrer con pausa. Tenemos grandes extensiones de pinar y según ascendemos por la sierra, roquedos con matorral.

Extensos pinares pueblan la llanura litoral

En la sierra encontramos abundantes roquedos, con pinares y  típico matorral mediterráneo

Enseguida me percaté que éste es el paraíso de las currucas, ya que las hay de todas las especies y colores, resultando bastante compleja su identificación, ya que a su carácter escurridizo se une el que en esta época de finales de verano hay gran presencia de jóvenes y adultos en muda, lo que  provoca que pueda haber muchas confusiones. Sobre todo se avistaban cabecinegras, carrasqueñas y rabilargas.


¿Curruca carrasqueña?

Otra carrasqueña, sin jugarme una cena

Toda la zona es Reserva Marina, con severas restricciones a la extracción de recursos del mar. De hecho, es un buen lugar para practicar snorkel, siempre y cuando no te encuentres el mar revuelto y algo turbio como fue en nuestro caso. No en vano, muy cerquita está la Reserva Marina de las islas Columbretes.

Islas Columbretes justo enfrente

Si os gustan las calas tranquilas para disfrutar del silencio del mar sin chiringuitos y demases, este es vuestro lugar. Está prohibido pernoctar, así que os recomiendo el camping Ribamar, justo a la entrada del Parque por el Sur.

Posible cabecinegra

Diría que hembra de carrasqueña


La visita a Irta fue muy entretenida con avistamientos inusuales y observaciones muy buenas de águila perdicera y roquero solitario, aunque sin oportunidad de fotografía . De hecho aquí hay una buena colonia de perdiceras, una de las pocas existentes tan cerca del mar y echándole paciencia divisé una muy lejana. Para terminar, aquí va el último listado de Ebird para la sierra de Irta, espero que sea de utilidad para quien decida visitar este paraje.

Paloma torcaz Columba palumbus

Vencejo común Apus apus

Gaviota patiamarilla Larus michahellis

Águila perdicera Aquila fasciata

Gavilán común Accipiter nisus

Abubilla común Upupa epops

Abejaruco europeo Merops apiaster

Herrerillo capuchino Lophophanes cristatus

Carbonero común Parus major

Golondrina común Hirundo rustica

Mosquitero común Phylloscopus collybita

Mito común Aegithalos caudatus

Curruca capirotada Sylvia atricapilla

Curruca mosquitera Sylvia borin

Curruca carrasqueña Sylvia cantillans

Curruca cabecinegra Sylvia melanocephala

Curruca tomillera Sylvia conspicillata

Curruca rabilarga Sylvia undata

Reyezuelo listado Regulus ignicapilla

Agateador europeo Certhia brachydactyla

Mirlo común Turdus merula

Petirrojo europeo Erithacus rubecula

Papamoscas cerrojillo Ficedula hypoleuca

Roquero solitario Monticola solitarius

Gorrión común Passer domesticus

Pinzón vulgar Fringilla coelebs

Jilguero europeo Carduelis carduelis


Bueno, espero que os haya gustado esta nueva y extensa entrada. Pronto vendré con otra, no me perdáis de vista ¡Hasta pronto!


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