Olá! Como habréis adivinado esta nueva publicación va sobre mi reciente
visita vacacional al país vecino, Portugal, un lugar que a pesar de su cercanía
permanece desconocido para la mayoría de nosotros. Y es que por algo se dice
que durante muchos años hemos vivido de espaldas a los lusos, aunque por
fortuna esto está cambiando y Portugal se ha convertido en destino turístico de
moda también entre nosotros.
Como se trataba de las vacaciones anuales en familia el apartado de pajareo
pasaba a un segundo plano, a pesar de que Portugal es un país que figura en
primera línea entre los lugares de birdwatching europeos. Sin embargo, entre
visitas a ciudades y baños en las gélidas aguas del Atlántico siempre se
encuentra un rato para explorar el entorno con prismáticos y cámara en ristre.
Para ello, viajar en la “autocarabirding” siempre facilita las cosas, al
permitir pernoctar en zonas naturales, eso sí, respetando el entorno al máximo
y aplicando la premisa de que el siguiente en llegar encuentre el lugar igual,
sino mejor a como lo encontramos nosotros.
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Joven gaviota patiamarilla |
Como digo, Portugal constituye un paraíso para la avifauna, su situación en
el extremo suroeste de Europa le hace gozar de temperaturas muy moderadas, lo
que atrae a millones de aves migratorias que desde el norte y centro del
continente se dirigen al país para pasar los duros meses de invierno o como
parada en su trayecto hacia o desde África. Al mismo tiempo, goza de muchísimos
kilómetros de costa, en gran parte muy bien conservados, lo que facilita la
presencia de un buen número de especies marinas. Humedales, estepas y dehesas
de bosque mediterráneo completan este mosaico de “puntos calientes” para la
observación de aves. El único pero lo encontramos en los numerosos bosques de
eucalipto que cubren la mitad norte del país, pero todo no puede ser.
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Majestuosos flamencos, frecuentes en las marismas del sur de Portugal |
El viaje comienza con una primera parada en las Lagunas de Villafáfila, en
Zamora, uno de los mejores lugares para el pajareo en España. Sin embargo, en
esta época del año se encuentran prácticamente secas, además según nos
comentaron los lugareños esta primavera las lluvias no han sido muy generosas
en la comarca, así que las zonas encharcadas eran meramente testimoniales. Me
gustaría hacer un apunte, la gestión de algunos detalles de esta Reserva
Natural en mi opinión es claramente mejorable. Para acceder a la única zona que
permanecía inundada hay que pasar por “cullons” y por caja a través de la Casa
del Parque, que dicho sea de paso en las últimas dos visitas me la he
encontrado cerrada, por lo que llegas allí y te quedas con las ganas. Pienso
que la visita a la Casa debería ser opcional, el que quiera que vaya y el que no que se le permita acceder
directamente a la observación de fauna. Así no se hace otra cosa que ahuyentar
a los turistas, que a lo mejor preferimos contribuir a la economía local
consumiendo en los bares y restaurantes del pueblo, como efectivamente hicimos.
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Típico aspecto estival de las Lagunas de Villafáfila |
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Estepa castellana |
Sugerencias aparte, la sequía en verano no debe desanimarnos a hacer una
parada en esta fantástica Reserva, ya que en época estival podemos seguir
disfrutando de la mayor población de avutardas de Europa. Con un poco de
paciencia y escrutando los campos con nuestros prismáticos conseguiremos
detectar a estas majestuosas aves. En la zona de Otero de Sariegos pude dar con
un buen bando y sacarles algunas fotos desde la lejanía, para no molestarlas
demasiado.
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Las avutardas, reinas de Villafáfila |
Cerca de esta localidad también se encuentran instaladas muy
acertadamente varias cajas nido para cernícalos primilla, también pude
fotografiar varios ejemplares de esta hermosa rapaz en su ir y venir de los
campos adyacentes en busca de insectos para alimentar a la prole.
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Hembra de cernícalo primilla llegando a su caja-nido |
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Te estoy vieeendoooo... |
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Macho de primilla |
Muy cerca otra rapaz típica de la estepa cerealista ibérica también se asomó,
el aguilucho cenizo, cada vez más escaso por la degradación de su hábitat, pero
que aquí todavía podemos avistar con relativa facilidad.
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Macho de aguilucho cenizo |
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Hembra de cenizo |
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Macho de collalba gris |
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Hembra de collalba gris |
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Triguero con su desayuno |
Una vez retomado el camino nos dirigimos a la maravillosa ciudad de Oporto,
a la que os aconsejo que la visitéis y que bajo mi punto de visita no tiene
nada que envidiar a la capital lusa. Para añadir alicientes, nuestro viaje
coincidió con la mágica noche de San Juan (Sao Joao aquí), fiesta mayor de la
localidad y que se celebra por todo lo alto con sus sardinhas a la brasa
regadas con los famosos vinos locales, los faroles iluminando el cielo y los
martelos con los que te golpean la cabeza a modo de broma. Una experiencia
inolvidable.
Muy cerca de Porto está la localidad de Aveiro, apodada la “Venecia
portuguesa” (aquí se vinieron un poquito arriba, las cosas como son) Para los
pajareros interesa especialmente la Ría del mismo nombre, donde se pueden
observar bastantes aves acuáticas y sobre todo charranes y muchísimos
alcatraces atlánticos desde la playa de Costa Nova. Para los de tierra adentro
que no estamos acostumbrados a la presencia de esta formidable ave marina es
una gozada disfrutarla tan cerca de la costa, en buen número además y poder
apreciar sus vertiginosos picados con los que atrapan peces.
Las áreas dunares de estas larguísimas playas también se encuentran muy
bien conservadas y prueba de ello es la abundancia de chorlitejos patinegros,
que en esta época estival se encuentran en plena temporada de cría.
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Chorlitejo patinegro |
En cuanto
te acercabas al nido estas simpáticas limícolas se ponían francamente nerviosas,
con gritos de alarma y en algunos casos simulando estar heridos para llamar la
atención y alejarnos de allí.
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No me quitaban ojo, se notaba que el nido lo tenían cerca |
SEO Birdlife ha elegido al patinegro como ave del
año 2019, alertando del descenso de sus poblaciones motivado por la degradación
de las playas y arenales donde habita. En estas playas también ví el único
vuelvepiedras del viaje.
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Jugando al despiste, tratando de llamar mi atención para elejarme de la zona |
Conduciendo más al sur nos encontramos con el Estuario del Tajo, una de las
mayores reservas de Europa occidental para aves acuáticas, pero que en esta
época del año no está en su mejor momento y pasamos de largo, centrándonos en el
callejeo por la cercana y bulliciosa Lisboa.
Ya entrando en el Alentejo, la región más extensa de Portugal, nos
encontramos en su extremo norte con el Estuario del río Sado, un área de
extraordinaria biodiversidad. Entre otros valores naturales disfrutan de una
colonia de una treintena de delfines mular o nariz de botella, llamados golfinhos
en portugués, que se han instalado convirtiéndose por sí mismos en una
atracción turística. En los arrozales de los alrededores de Comporta se pueden
contemplar numerosas cigüeñas blancas, moritos, garzas, gaviotas reidoras y diversas limícolas. Este estuario en
invierno tiene que ser una gozada para el pajareo.
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Dunas de Comporta en pleno proceso de recuperación |
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Aviso para evitar que se pisen las dunas |
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Vegetación típica de estas dunas representada en este mural elaborado por los chavales de la escuela ¡Artistas! |
Conforme avanzamos hacia el sur el aspecto del interior se transforma en
más “Mediterráneo” y ya podemos deleitarnos con el paisaje adehesado propio del
suroeste peninsular. No en vano Portugal es el primer productor mundial de
corcho, así que ya sabéis, bebed mucho vino y nunca de tapón de plástico. Así
estaréis contribuyendo a la conservación de estos majestuosos bosques de
alcornoques. La costa se presenta cada vez más abrupta, con grandes acantilados
intercalados con pequeñas calas casi salvajes.
El océano aquí golpea con fuerza y se nota en la gran cantidad de vida
que habita estas costas, con percebes, mejillones, estrellas de mar y
crustáceos por doquier.
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Acantilados de la costa alentejana, hogar de una curiosa colonia de cigüeñas blancas |
En los alrededores podemos encontrar zonas de pasto de
ganado vacuno (impresionante la calidad de la carne portuguesa) e incluso vimos
varias explotaciones de avestruces. En estas campiñas empecé a divisar los
primeros elanios, pero los “jodíos” no me dieron oportunidad de fotografiarlos.
También buenas observaciones de alcaudones reales y comunes, mochuelos,
chotacabras cuellirrojos, rabilargos,
garcillas bueyeras, golondrina daúrica, etc…
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Garcilla bueyera |
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Pardillo común, abundante en estos páramos del Alentejo |
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¿Cogujada? Los aláudidos me tienen loquito... |
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Cada mochuelo a su corral jejeje |
Cada vez estábamos más al sur y se
notaba en la fauna. En la costa las omnipresentes gaviotas patiamarillas, en su
mayoría jóvenes, y mar adentro seguimos con las observaciones de juveniles de
alcatraz. Ya en la frontera con el Algarve y dentro de esta región visitamos la
playa de Vale dos Homens, donde anida en los acantilados marinos una nutrida
colonia de cigüeña blanca, francamente curioso ver a las cigüeñas volar casi a
ras del océano.
En los prados cercanos cantaban las codornices con una
abundancia sorprendente y en los densos matorrales de madroños se movían sin
cesar las currucas cabecinegras y rabilargas.
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Curruca cabecinegra |
Un solitario morito también
estuvo sobrevolando durante un rato encima de los nidos de cigüeñas.
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Morito un tanto despistao |
Cerca de aquí tenemos el cabo de San Vicente, la “barbilla” de Portugal,
que en época de migración es famoso por el espectáculo de aves en paso.
Nosotros lo dejamos para mejor ocasión y doblamos la esquina para visitar las
famosas (también masificadas) playas del sur del Algarve. Entre guiri y guiri
también se pueden realizar interesantes avistamientos de aves y es que en los
espectaculares acantilados que rodean las famosas playas de Benagil o Marinha
nidifican halcones peregrinos, cernícalos vulgares, vencejos reales, comunes y
pálidos.
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Cernícalo vulgar en los acantilados de la famosísima y concurrida Praia de Benagil |
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Hañcón peregrino, frecuente en estos acantilados del Algarve |
Parece que están habituados a la presencia humana y fotografiarlos a
buena distancia es razonablemente sencillo. Especial ilusión me hizo la
observación de vencejos reales tan a placer y en muy buen número. Algún elanio
también se dejó ver y en las áreas de matorrales costeros las currucas
cabecinegras cantaban sin cesar.
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Vencejo real a placer |
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Cortando el aire |
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Fiuuuuuuu |
Conforme nos desplazamos hacia el este por la costa el paisaje de
acantilados se va transformando en zonas más llanas de humedales, el más
importante de todos ellos es la Ría Formosa, un brazo de agua salobre que se
encuentra encerrado en tierra por varias dunas y fruto de ello se formó un área
de marismas, salinas y estuarios de extraordinaria riqueza, similar en cierto
modo a las vecinas marismas del Odiel.
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Ría Formosa, Algarve |
Este Parque Natural sí lo pude explorar
con un poco más de tiempo y tuve la oportunidad de hacer buenos avistamientos,
no siendo como digo la mejor época del año para encontrar meneo.
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Golondrina daúrica, un placer disfrutar de esta simpática avecilla, tan poco habitual en mis zonas norteñas |
En invierno
tiene pinta de ser un hervidero de vida salvaje. Buenos observatorios son la
playa dos Cavacos (cerca de Olhao) y el área del Fuerte de Santo António de
Tavira, ya que aquí tenemos en poco espacio diversos hábitats de estuario,
marismas y salinas, junto con áreas de matorral, donde observar un poco de
todo.
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Aguja colinegra |
Las aves acuáticas más abundantes eran la cigüeñuelas, siempre tan
territoriales y defendiendo su parcela a limpio grito. Junto a ellas bastantes
archibebes comunes y más escasas eran las agujas colinegras. Alguna avoceta
también se dejó ver y un grupo de zarapitos trinadores en las dunas. Completan
el listado de limícolas los chorlitejos patinegros, chorlitejos grandes,
andarríos grandes y algún correlimos.
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Cigüeñuela común, reina patilarga de la Formosa estival |
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No le gustaba mi presencia y me lo hacía saber |
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Espejito, espejito ¿Quién es la más guapa/o de la Ría? |
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Que te pires.... |
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Bonita foto de este ejemplar que posó "a huevo" |
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Glup, glup |
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Archibebe común |
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Defendiendo su territorio |
Pariente de las limícolas es el alcaraván común, del que hice tres buenas
observaciones, por lo que el lugar tiene pinta de ser una buena área de cría
para la especie.
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El extraño y poco habitual alcaraván, tiene una mirada de "ojo, que estoy mú loco" |
En cuanto a anátidas, muy poquitas y representadas por el ánade real y una
lejana bandada de tarros comunes.
De ardeidas, la más abundante era la garceta común, alguna bueyera y creo
que solo una garza real. Ni rastro de la imperial.
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Charrancito con chorlitejos |
Dos buenos grupos de espátulas también se dejaron ver. La familia de
rállidos también brilló por su ausencia y ni gallinetas ni fochas asomaron el
pico, por lo menos en las zonas que trillé. Hay otros lugares del Parque donde
están más presentes en verano.
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Elegante espátula, se vieron unas cuantas |
La nota de color y elegancia la pusieron los flamencos, bastante presentes
en las zonas de salinas. Su silueta en vuelo es impresionante. Algún martín
pescador y abejarucos también se pusieron a “tiro”.
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Flamencos ¡TOP! |
Respecto a gaviotas y charranes, las normales para la época: Gaviota
patiamarilla y reidora, contadas cabecinegras y más abundantes los charrancitos
y charranes patinegros.
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Charrancito en acción de caza |
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Veloz charrancito, complicado pillarnos al vuelo |
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Otra juvenil de patiamarilla, salvo que algún experto en gaviotas diga lo contrario |
En cuanto a rapaces, como casi en todo el litoral de Portugal,
prácticamente desaparecidas. Hasta cruzar la frontera en Hueva no volví a
divisar milanos negros y águilas calzadas con cierta abundancia.
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Salinas, al fondo Tavira |
Como conclusión, a pesar de no ser un viaje ni mucho menos dedicado al
“pajareo” y encontrarnos en una época en la que algunos puntos de interés se
encuentran más parados, Portugal no decepciona y pude disfrutar y mucho de
lugares realmente bien conservados y con bastante vida.
Os animo a visitar a nuestros vecinos del oeste y gozar de su gastronomía,
hospitalidad y buen clima. Y no olvidéis la cámara y prismáticos.
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Oropéndola, vistosa pero desconfiada visitante estival |
P.D: Aquí van algunos consejillos para los que os acerquéis a Portugal,
especialmente los que vais con la casa a cuestas.
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Pago de
peajes: Con la última crisis, algunas autovías gratuitas portuguesas fueron
transformadas en autovías de pago, pero sin puestos de peaje. Para cobrar el
peaje nuestro vehículo es detectado al pasar por una especie de arcos colocados
cada varios kilómetros. Por ello y nada más cruzar la frontera desde España
encontraréis unos puestos de peaje donde tenéis que dar el alta una tarjeta de
crédito y vincularla a la matrícula del vehículo. A partir de ahí se os cobrara
automáticamente el peaje cada vez que paséis bajo uno de esos arcos. Si no
multa al canto.
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Combustibles:
Sensiblemente más caros que en España, los supermercados Intermarché suelen
tener gasolineras más baratas.
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Cambio de
aguas en ACs: También en los Intermarchés podréis resetear vuestra Auto, muchas
veces a coste cero. Como compensación a este buen servicio sugiero llenar el
depósito o hacer la compra allí.
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Comidas: Como
todo el mundo sabe en Portugal se come muy bien a un precio razonable. Os
aconsejo elegir los locales familiares y optar por aquellos que ofrecen los
“Pratos del día”. Vinos, personalmente me gustaron bastante más los blancos
tradicionales que el turístico “vinho verde”. El café es extraordinario, pedid
el CAFÉ CAFÉ, así con mayúsculas. Los dulces, embutidos y quesos lusos,
simplemente sublimes.
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En todas las
áreas naturales se puede pernoctar sin problemas. Eso sí, sed educados y
respetuosos con el entorno y el prójimo. Si empezamos a sacar toldos, mesas,
hornillos, etc a la calle es cuando empiezan los problemas.
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Hasta siempre Portugal |