miércoles, 17 de julio de 2019

Portugal, sempre no meu coração


Olá! Como habréis adivinado esta nueva publicación va sobre mi reciente visita vacacional al país vecino, Portugal, un lugar que a pesar de su cercanía permanece desconocido para la mayoría de nosotros. Y es que por algo se dice que durante muchos años hemos vivido de espaldas a los lusos, aunque por fortuna esto está cambiando y Portugal se ha convertido en destino turístico de moda también entre nosotros.

Como se trataba de las vacaciones anuales en familia el apartado de pajareo pasaba a un segundo plano, a pesar de que Portugal es un país que figura en primera línea entre los lugares de birdwatching europeos. Sin embargo, entre visitas a ciudades y baños en las gélidas aguas del Atlántico siempre se encuentra un rato para explorar el entorno con prismáticos y cámara en ristre. Para ello, viajar en la “autocarabirding” siempre facilita las cosas, al permitir pernoctar en zonas naturales, eso sí, respetando el entorno al máximo y aplicando la premisa de que el siguiente en llegar encuentre el lugar igual, sino mejor a como lo encontramos nosotros.

Joven gaviota patiamarilla


Como digo, Portugal constituye un paraíso para la avifauna, su situación en el extremo suroeste de Europa le hace gozar de temperaturas muy moderadas, lo que atrae a millones de aves migratorias que desde el norte y centro del continente se dirigen al país para pasar los duros meses de invierno o como parada en su trayecto hacia o desde África. Al mismo tiempo, goza de muchísimos kilómetros de costa, en gran parte muy bien conservados, lo que facilita la presencia de un buen número de especies marinas. Humedales, estepas y dehesas de bosque mediterráneo completan este mosaico de “puntos calientes” para la observación de aves. El único pero lo encontramos en los numerosos bosques de eucalipto que cubren la mitad norte del país, pero todo no puede ser.

Majestuosos flamencos, frecuentes en las marismas del sur de Portugal


El viaje comienza con una primera parada en las Lagunas de Villafáfila, en Zamora, uno de los mejores lugares para el pajareo en España. Sin embargo, en esta época del año se encuentran prácticamente secas, además según nos comentaron los lugareños esta primavera las lluvias no han sido muy generosas en la comarca, así que las zonas encharcadas eran meramente testimoniales. Me gustaría hacer un apunte, la gestión de algunos detalles de esta Reserva Natural en mi opinión es claramente mejorable. Para acceder a la única zona que permanecía inundada hay que pasar por “cullons” y por caja a través de la Casa del Parque, que dicho sea de paso en las últimas dos visitas me la he encontrado cerrada, por lo que llegas allí y te quedas con las ganas. Pienso que la visita a la Casa debería ser opcional, el que quiera que vaya  y el que no que se le permita acceder directamente a la observación de fauna. Así no se hace otra cosa que ahuyentar a los turistas, que a lo mejor preferimos contribuir a la economía local consumiendo en los bares y restaurantes del pueblo, como efectivamente hicimos.

Típico aspecto estival de las Lagunas de Villafáfila

Estepa castellana


Sugerencias aparte, la sequía en verano no debe desanimarnos a hacer una parada en esta fantástica Reserva, ya que en época estival podemos seguir disfrutando de la mayor población de avutardas de Europa. Con un poco de paciencia y escrutando los campos con nuestros prismáticos conseguiremos detectar a estas majestuosas aves. En la zona de Otero de Sariegos pude dar con un buen bando y sacarles algunas fotos desde la lejanía, para no molestarlas demasiado. 

Las avutardas, reinas de Villafáfila

Cerca de esta localidad también se encuentran instaladas muy acertadamente varias cajas nido para cernícalos primilla, también pude fotografiar varios ejemplares de esta hermosa rapaz en su ir y venir de los campos adyacentes en busca de insectos para alimentar a la prole.

Hembra de cernícalo primilla llegando a su caja-nido

Te estoy vieeendoooo...

Macho de primilla

Muy cerca otra rapaz típica de la estepa cerealista ibérica también se asomó, el aguilucho cenizo, cada vez más escaso por la degradación de su hábitat, pero que aquí todavía podemos avistar con relativa facilidad.

Macho de aguilucho cenizo

Hembra de cenizo


Macho de collalba gris

Hembra de collalba gris

Triguero con su desayuno


Una vez retomado el camino nos dirigimos a la maravillosa ciudad de Oporto, a la que os aconsejo que la visitéis y que bajo mi punto de visita no tiene nada que envidiar a la capital lusa. Para añadir alicientes, nuestro viaje coincidió con la mágica noche de San Juan (Sao Joao aquí), fiesta mayor de la localidad y que se celebra por todo lo alto con sus sardinhas a la brasa regadas con los famosos vinos locales, los faroles iluminando el cielo y los martelos con los que te golpean la cabeza a modo de broma. Una experiencia inolvidable.

Muy cerca de Porto está la localidad de Aveiro, apodada la “Venecia portuguesa” (aquí se vinieron un poquito arriba, las cosas como son) Para los pajareros interesa especialmente la Ría del mismo nombre, donde se pueden observar bastantes aves acuáticas y sobre todo charranes y muchísimos alcatraces atlánticos desde la playa de Costa Nova. Para los de tierra adentro que no estamos acostumbrados a la presencia de esta formidable ave marina es una gozada disfrutarla tan cerca de la costa, en buen número además y poder apreciar sus vertiginosos picados con los que atrapan peces.
Las áreas dunares de estas larguísimas playas también se encuentran muy bien conservadas y prueba de ello es la abundancia de chorlitejos patinegros, que en esta época estival se encuentran en plena temporada de cría. 

Chorlitejo patinegro
 En cuanto te acercabas al nido estas simpáticas limícolas se ponían francamente nerviosas, con gritos de alarma y en algunos casos simulando estar heridos para llamar la atención y alejarnos de allí. 

No me quitaban ojo, se notaba que el nido lo tenían cerca

SEO Birdlife ha elegido al patinegro como ave del año 2019, alertando del descenso de sus poblaciones motivado por la degradación de las playas y arenales donde habita. En estas playas también ví el único vuelvepiedras del viaje.

Jugando al despiste, tratando de llamar mi atención para elejarme de la zona

 Conduciendo más al sur nos encontramos con el Estuario del Tajo, una de las mayores reservas de Europa occidental para aves acuáticas, pero que en esta época del año no está en su mejor momento y pasamos de largo, centrándonos en el callejeo por la cercana y bulliciosa Lisboa.

Ya entrando en el Alentejo, la región más extensa de Portugal, nos encontramos en su extremo norte con el Estuario del río Sado, un área de extraordinaria biodiversidad. Entre otros valores naturales disfrutan de una colonia de una treintena de delfines mular o nariz de botella, llamados golfinhos en portugués, que se han instalado convirtiéndose por sí mismos en una atracción turística. En los arrozales de los alrededores de Comporta se pueden contemplar numerosas cigüeñas blancas, moritos, garzas, gaviotas reidoras  y diversas limícolas. Este estuario en invierno tiene que ser una gozada para el pajareo.

Dunas de Comporta en pleno proceso de recuperación

Aviso para evitar que se pisen las dunas

Vegetación típica de estas dunas representada en este mural elaborado por los chavales de la escuela ¡Artistas!


Conforme avanzamos hacia el sur el aspecto del interior se transforma en más “Mediterráneo” y ya podemos deleitarnos con el paisaje adehesado propio del suroeste peninsular. No en vano Portugal es el primer productor mundial de corcho, así que ya sabéis, bebed mucho vino y nunca de tapón de plástico. Así estaréis contribuyendo a la conservación de estos majestuosos bosques de alcornoques. La costa se presenta cada vez más abrupta, con grandes acantilados intercalados con pequeñas calas casi salvajes.  El océano aquí golpea con fuerza y se nota en la gran cantidad de vida que habita estas costas, con percebes, mejillones, estrellas de mar y crustáceos por doquier. 

Acantilados de la costa alentejana, hogar de una curiosa colonia de cigüeñas blancas


En los alrededores podemos encontrar zonas de pasto de ganado vacuno (impresionante la calidad de la carne portuguesa) e incluso vimos varias explotaciones de avestruces. En estas campiñas empecé a divisar los primeros elanios, pero los “jodíos” no me dieron oportunidad de fotografiarlos. También buenas observaciones de alcaudones reales y comunes, mochuelos, chotacabras cuellirrojos,  rabilargos, garcillas bueyeras, golondrina daúrica, etc…

Garcilla bueyera

Pardillo común, abundante en estos páramos del Alentejo

¿Cogujada? Los aláudidos me tienen loquito...


Cada mochuelo a su corral jejeje

Cada vez estábamos más al sur y se notaba en la fauna. En la costa las omnipresentes gaviotas patiamarillas, en su mayoría jóvenes, y mar adentro seguimos con las observaciones de juveniles de alcatraz. Ya en la frontera con el Algarve y dentro de esta región visitamos la playa de Vale dos Homens, donde anida en los acantilados marinos una nutrida colonia de cigüeña blanca, francamente curioso ver a las cigüeñas volar casi a ras del océano. 

En los prados cercanos cantaban las codornices con una abundancia sorprendente y en los densos matorrales de madroños se movían sin cesar las currucas cabecinegras y rabilargas. 
Curruca cabecinegra


Un solitario morito también estuvo sobrevolando durante un rato encima de los nidos de cigüeñas.

Morito un tanto despistao


Cerca de aquí tenemos el cabo de San Vicente, la “barbilla” de Portugal, que en época de migración es famoso por el espectáculo de aves en paso. Nosotros lo dejamos para mejor ocasión y doblamos la esquina para visitar las famosas (también masificadas) playas del sur del Algarve. Entre guiri y guiri también se pueden realizar interesantes avistamientos de aves y es que en los espectaculares acantilados que rodean las famosas playas de Benagil o Marinha nidifican halcones peregrinos, cernícalos vulgares, vencejos reales, comunes y pálidos. 

Cernícalo vulgar en los acantilados de la famosísima y concurrida Praia de Benagil

Hañcón peregrino, frecuente en estos acantilados del Algarve

Parece que están habituados a la presencia humana y fotografiarlos a buena distancia es razonablemente sencillo. Especial ilusión me hizo la observación de vencejos reales tan a placer y en muy buen número. Algún elanio también se dejó ver y en las áreas de matorrales costeros las currucas cabecinegras cantaban sin cesar.

Vencejo real a placer

Cortando el aire

Fiuuuuuuu


Conforme nos desplazamos hacia el este por la costa el paisaje de acantilados se va transformando en zonas más llanas de humedales, el más importante de todos ellos es la Ría Formosa, un brazo de agua salobre que se encuentra encerrado en tierra por varias dunas y fruto de ello se formó un área de marismas, salinas y estuarios de extraordinaria riqueza, similar en cierto modo a las vecinas marismas del Odiel. 

Ría Formosa, Algarve



Este Parque Natural sí lo pude explorar con un poco más de tiempo y tuve la oportunidad de hacer buenos avistamientos, no siendo como digo la mejor época del año para encontrar meneo. 

Golondrina daúrica, un placer disfrutar de esta simpática avecilla, tan poco habitual en mis zonas norteñas


En invierno tiene pinta de ser un hervidero de vida salvaje. Buenos observatorios son la playa dos Cavacos (cerca de Olhao) y el área del Fuerte de Santo António de Tavira, ya que aquí tenemos en poco espacio diversos hábitats de estuario, marismas y salinas, junto con áreas de matorral, donde observar un poco de todo.

Aguja colinegra


Las aves acuáticas más abundantes eran la cigüeñuelas, siempre tan territoriales y defendiendo su parcela a limpio grito. Junto a ellas bastantes archibebes comunes y más escasas eran las agujas colinegras. Alguna avoceta también se dejó ver y un grupo de zarapitos trinadores en las dunas. Completan el listado de limícolas los chorlitejos patinegros, chorlitejos grandes, andarríos grandes y algún correlimos.

Cigüeñuela común, reina patilarga de la Formosa estival

No le gustaba mi presencia y me lo hacía saber

Espejito, espejito ¿Quién es la más guapa/o de la Ría?

Que te pires....

Bonita foto de este ejemplar que posó "a huevo"

Glup, glup


Archibebe común

Defendiendo su territorio


Pariente de las limícolas es el alcaraván común, del que hice tres buenas observaciones, por lo que el lugar tiene pinta de ser una buena área de cría para la especie.

El extraño y poco habitual alcaraván, tiene una mirada de "ojo, que estoy mú loco"


En cuanto a anátidas, muy poquitas y representadas por el ánade real y una lejana bandada de tarros comunes.
De ardeidas, la más abundante era la garceta común, alguna bueyera y creo que solo una garza real. Ni rastro de la imperial.

Charrancito con chorlitejos


Dos buenos grupos de espátulas también se dejaron ver. La familia de rállidos también brilló por su ausencia y ni gallinetas ni fochas asomaron el pico, por lo menos en las zonas que trillé. Hay otros lugares del Parque donde están más presentes en verano.

Elegante espátula, se vieron unas cuantas


La nota de color y elegancia la pusieron los flamencos, bastante presentes en las zonas de salinas. Su silueta en vuelo es impresionante. Algún martín pescador y abejarucos también se pusieron a “tiro”.

Flamencos ¡TOP!



Respecto a gaviotas y charranes, las normales para la época: Gaviota patiamarilla y reidora, contadas cabecinegras y más abundantes los charrancitos y charranes patinegros.

Charrancito en acción de caza

Veloz charrancito, complicado pillarnos al vuelo

Otra juvenil de patiamarilla, salvo que algún experto en gaviotas diga lo contrario


En cuanto a rapaces, como casi en todo el litoral de Portugal, prácticamente desaparecidas. Hasta cruzar la frontera en Hueva no volví a divisar milanos negros y águilas calzadas con cierta abundancia.

Salinas, al fondo Tavira


Como conclusión, a pesar de no ser un viaje ni mucho menos dedicado al “pajareo” y encontrarnos en una época en la que algunos puntos de interés se encuentran más parados, Portugal no decepciona y pude disfrutar y mucho de lugares realmente bien conservados y con bastante vida.

Os animo a visitar a nuestros vecinos del oeste y gozar de su gastronomía, hospitalidad y buen clima. Y no olvidéis la cámara y prismáticos.

Oropéndola, vistosa pero desconfiada visitante estival


P.D: Aquí van algunos consejillos para los que os acerquéis a Portugal, especialmente los que vais con la casa a cuestas.

-          Pago de peajes: Con la última crisis, algunas autovías gratuitas portuguesas fueron transformadas en autovías de pago, pero sin puestos de peaje. Para cobrar el peaje nuestro vehículo es detectado al pasar por una especie de arcos colocados cada varios kilómetros. Por ello y nada más cruzar la frontera desde España encontraréis unos puestos de peaje donde tenéis que dar el alta una tarjeta de crédito y vincularla a la matrícula del vehículo. A partir de ahí se os cobrara automáticamente el peaje cada vez que paséis bajo uno de esos arcos. Si no multa al canto.
-          Combustibles: Sensiblemente más caros que en España, los supermercados Intermarché suelen tener gasolineras más baratas.
-          Cambio de aguas en ACs: También en los Intermarchés podréis resetear vuestra Auto, muchas veces a coste cero. Como compensación a este buen servicio sugiero llenar el depósito o hacer la compra allí.
-          Comidas: Como todo el mundo sabe en Portugal se come muy bien a un precio razonable. Os aconsejo elegir los locales familiares y optar por aquellos que ofrecen los “Pratos del día”. Vinos, personalmente me gustaron bastante más los blancos tradicionales que el turístico “vinho verde”. El café es extraordinario, pedid el CAFÉ CAFÉ, así con mayúsculas. Los dulces, embutidos y quesos lusos, simplemente sublimes.
-          En todas las áreas naturales se puede pernoctar sin problemas. Eso sí, sed educados y respetuosos con el entorno y el prójimo. Si empezamos a sacar toldos, mesas, hornillos, etc a la calle es cuando empiezan los problemas.

Hasta siempre Portugal



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