jueves, 3 de octubre de 2019

Delta del Ebro, entre el mar y arrozales



Después del verano en el que tema pajaril suele estar más parado retomo el blog con una entrada con los momentos vividos en la reciente visita de principios de septiembre a tierras de Deltebre. Un delta fluvial, según la Wikipedia, es es un accidente geográfico formado en la desembocadura de un río por los sedimentos que arrastra y que ahí se depositan. Su nombre viene de la forma de la letra griega delta que les caracteriza. En España el delta más importante es el Delta del Ebro, formado por el río más caudaloso de la Penísula y que a lo largo de los siglos ha ganado 22 kilómetros al mar creando una forma perfectamente definida de 320 km2, siendo el tercer delta más extenso del Mediterráneo, solo superado por el Delta del Nilo y el del Ródano.

Amanece en el Delta
No se trata de una zona muy poblada, de hecho apenas viven 50.000 personas y la mayor parte de la superficie está ocupada por humedales y tierras agrícolas donde se cultiva el famoso arroz de la zona.

Vista de la inmensidad de los arrozales
El Delta del Ebro constituye una de las zonas húmedas más importantes de Europa, la segunda de España tras Doñana, registrándose hasta 360 especies de aves y constituyendo un área primordial para la nidificación, invernada y migración anual de miles de individuos.
Representa el hábitat acuático más extenso de Cataluña y presenta una rica diversidad de ambientes. Río, mar, bahías, playas, dunas, salobrales, bosque de ribera, lagunas costeras, islas fluviales y colmillos de arena conforman su paisaje natural y junto con los arrozales, acogen una gran diversidad de organismos (pájaros, pescados, reptiles, anfibios, invertebrados ...) adaptados a los diferentes hábitats.

Salinas de Sant Antoni
El Delta cuenta con varias figuras de protección. Entre ellas y con el fin de hacer posible la armonía entre los valores naturales y su explotación por parte de la población se constituyó en el año 1983 el Parque Natural del Delta del Ebro, que ocupa una superficie de 7.800 hectáreas.

A lo largo del Delta existe una intrincada red de caminos y pistas que rodean los arrozales y conectan las diversas zonas por lo que es fácil perderse. Imprescindible guiarse por el GPS, pero hay un elemento mucho más indispensable para cualquiera, ornitólogo o no, que visite el parque, Más aún que prismáticos o cámara de fotos: El repelente de mosquitos, ungüento que nos deberemos aplicar incluso debajo de la ropa si no queremos acabar devorados por las hordas de estos "simpáticos" animalillos que sin previo aviso te atacan en modo emboscada.

El flamenco, el ave más espectacular del Delta y símbolo del Parque


Flamenco y gaviota desde el Observatorio de La Tancada

Elegantes flamencos

Para los aficionados a las dos ruedas también hay una buena red de carriles bici para poder pedalear de unos observatorios de aves a otros. Hay que valorar la gozada de disponer de multitud de torres levantadas ex profeso para el avistamiento de pájaros, aunque en cualquier lugar de la comarca se pueden realizar observaciones interesantes. Y es que la vida aquí rebosa por todos los rincones.

Nuestra base de operaciones fue el área de autocaravanas de la Casa de Fusta, muy recomedable, situada junto al restaurante del mismo nombre y en el que se comen unos estupendos arroces. Justo enfrente hay un buen observatorio que domina la Llacuna de l'Encanyissada y donde al amanecer del primer día pude disfrutar de un espectáculo grandioso en forma de miles de aves desperezándose y volando de un sitio a otro. Ya solo por ese momentazo merece la pena desplazarse aquí, ya que es un lugar que superó ampliamente mis expectativas a pesar de que comienzos de septiembre no sea la mejor época.

Casa de Fusta

Archibebe claro en las Salinas de Sant Antoni

Como digo, desde primera hora se produce un trasiego de martinetes, garzas reales e imperiales, garcetas, anátidas y sobre todo moritos digno de ver. Entre ellos también se dejan ver gaviotas, algún martín pescador o aguiluchos laguneros. Lo de los moritos es impresionante, sin duda el ave más abundante del Delta en esta época, se veían por cualquier sitio.

Observatorio de la Casa de Fusta


Desde ahí nos podemos desplazar caminando al Mirador l'Embut o el Mirador Pont del Través y en el trayecto ir inspeccionando los arrozales. En los bancales entre campo y campo abundan las gallinetas, calamones y garcillas cangrejeras. En los arrozales más clareados las cigüeñuelas, combatientes y archibebes claros campaban a sus anchas. La verdad es que es tal la abundancia y variedad de aves que uno no sabe dónde mirar.

Aguilucho lagunero, una de las pocas rapaces comunes en el Delta

Como digo, una vez llegados a  estos miradores se pueden ver los primeros flamencos, garcetas grandes y miles de ánades reales. Supongo que en época invernal habrá más variedad de patos, porque salvo algún tarro blanco, patos colorados y contadas cercetas, la lista de anátidas termina ahí.

Espectacular pase de moritos al amanecer


En esta zona de marjales conviene estar atento porque se ven avetorillos a nada que se tenga un poco de suerte. Otra cosa es pillarlos quietos para la foto porque en vuelo se ven fácil pero cuando están en la espesura de los juncos y carrizos el tema se complica bastante.

Morito, sin duda el ave más presente en el Delta


En cuanto a pequeños pajarillos, pude identificar carriceros comunes, cetia ruiseñor, ruiseñor común y buitrón como especies más frecuentes. En la orilla de una acequia también hicieron acto de presencia un par de escribanos palustres.

Buitrón en los cañaverales

La tímida garcilla cangrejera

Escribano palustre

Carricero

Si nos acercamos hacia la costa otra de las zonas que no se debe pasar por alto es la zona de la Llacuna de la Tancada. Siguiendo la carretera de Poblenou hacia la playa del Trabucador y  junto a las antiguas salinas de Sant Antoni tenemos el Observatorio de la Tancada, desde el que por un lado tenemos una buena vista de la laguna y al otro la zona de salinas. Allí podemos contemplar los flamencos a placer, además de alguna límícola y anátidas. Garzas reales e imperiales también están presentes, además de garcetas grandes y comunes. Cuando pasábamos por la carretera me pareció ver una garza dimorfa confirmada casi al 100%, pero luego con más calma no tuve la suerte de volverla a localizar. Quizás fue una alucinación, pero no sé, muy clara me pareció...

Bonita bandada de fumareles comunes


Fumareles comunes

Fumarel

El paso de aves al atardecer en La Tancada era espectacular

Charrancito a punto de lanzarse a por algún pez


Por la tarde desde este mirador el espectáculo de pase de gaviotas, fumareles, charranes y flamencos es alucinante, con el sol ocultándose tras la Sierra de Montsiá convierte este momento en una postal de ensueño.

Chorlitejos patinegros en la Playa del Trabucador

Charrán patinegro

Justo antes de llegar a la playa del Trabucador a la izquierda podemos coger la carretera de Baladares hacia la urbanización Eucaliptus. A ambos lados de la carretera hay una zona de saladares muy querenciosa para canastera y terrera marismeña. Por consejo de José Ardaiz le di una vuelta a esa zona y pude encontrar un buen grupo de terreras, aunque las canasteras no las localicé. Tampoco chorlito carambolo, que no es excepcional en estos parajes. Cerca de aquí tenemos la desembocadura del Desaigüe del Port, que no deja de ser un canal que fluye al mar. En esta unión de la acequia y la playa localicé unos cuantos chorlitejos patinegros, algún andarríos chicos y un solitario correlimos común. También un nutrido grupo de gaviotas picofinas y de Audouin. Una de estas últimas estaba anillada en ambas patas, una anilla metálica en la pata izquierda y de PVC en la derecha. Con ayuda del teleobjetivo pude fotografiar la anilla plástica y pasar los datos al Instituto Catalá de Ornitología. Al parecer hay una campaña anual de anillamiento de Gaviotas de Audouin en el Delta. Este especie de gaviota mediterránea parece que va en aumento en parte gracias a los trabajos de protección en el entorno del Delta, no en vano constituye el principal núcleo de cría de esta lárida.

Gaviota de Audouin anillada


La gaviota picofina era un "Bimbo" para mí y en esta primera ocasión las tuve a placer.

Gaviota picofina


Si volvemos hacia atrás nos encontramos con la larguísima franja de arena conocida como playa del Trabucador, en la que tenemos a un lado el mar Mediterráneo y por otro encierra una especie de lago conocido como la la bahía de Els Alfacs.

Gaviota de Audouin posando tranquila


Todo este entorno es de gran riqueza natural y podemos encontrar multitud de limícolas. En esta ocasión no tuvimos mucha suerte y fundamentalmente se veían vuelvepiedras y chorlitejos patinegros. Los cierto es que había mucho meneo de bañistas y aficionados al kite surf, por lo que los pájaros andaban bastante revolucionados.

Abundantes y confiados vuelvepiedras en El Trabucador

Vuelvepiedras a la carrera

Observándome


En estas playas tuvimos bastantes encuentros con el cangrejo azul (Callinectes sapidus), una especie alóctona de origen americano que fue introducida de forma totalmente ilegal y que en pocos años ha colonizado toda esta zona y se está expandiendo por la costa mediterránea a un ritmo frenético.

El invasor, agresivo y exquisito cangrejo azul

Lo peor, como suele pasar en estos casos, es que está desplazando al cangrejo verde autóctono y haciendo estragos en los cultivos de berberecho, almeja, mejillón y navaja, a los que depreda de forma implacable. Realmente pudimos comprobar que son muy agresivos si se les acosa, atacando con unas pinzas que dan miedo. Por lo menos doy fe que en el plato y en un arroz dan bastante juego.

Bonita garceta de La Tancada



Grupito de martinetes

Nos quedaron otras zonas del hemidelta sur por explorar, entre ellas la finca de cultivo ecológico de SEO en Riet Vell, pero no da tiempo para todo. Una vez que se pasa al hemidelta norte lo cierto es que vimos un poco más de lo mismo. Explorando la zona del Gartxal alrededor de Riumar llegué hasta la mismísima desembocadura del Ebro, un lugar mágico que me hizo verdadera ilusión. En esta parte del Delta se levantó un viento bastante fuerte que deslucía la observación de pájaros. Aún así pude disfrutar de un buen número de avistamientos de ánades reales, fochas, charranes patinegros y comunes, charrancitos, chorlitejos patinegros e incluso un águila pescadora tratando de conseguir su desayuno en las aguas del Ebro.


Águila pescadora del Garxal



Cormorán grande, no demasiado abundante en esta época del año


Garza real

Garza imperial, impresionante

Omnipresentes ánades reales


 Con la visita a este lugar terminaba nuestro tiempo en Delta, con la pena de no poder explorar más lugares que seguro que dan mucho juego, pero con la alegría de haber podido ver multitud de aves en estos días en un entorno que merece mucho la pena. Creo que al Delta le debemos un viaje en época invernal, promete diversión pajarera.

Pagaza piconegra

Espero que os haya gustado esta entrada y a partir de ahora y con el otoño ya encima prometo nuevos y espero que interesantes posts.




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