martes, 8 de octubre de 2019

Un estudio italiano ha determinado el comportamiento de la becada durante su migración


El artículo  “Interindividual variation and consistency of migratory behavior in the Eurasian woodcock” han sido dirigido por Alessandro Tedeschi (presidente de la asociación Amici di Scolopax) y la colaboración de Michele Sorrenti, Michele Bottazzo, Mario Spagnesi, Ibon Telletxea, Rubén Ibáñez, Nicola Tormen, Federico Depascalis, Laura Guidolin y  Diego Rubolini, siendo publicado en la revista científica Current Zoology (https://academic.oup.com/cz) en el verano de 2019.

El artículo se basa en el seguimiento de becadas con dispositivos satelitales. Foto: Zarbo Ibarrola

Según los autores existen aspectos de las migraciones estacionales en las aves que están controlados por mecanismos endógenos rígidos, lo que asegura que los individuos realicen actividades específicas en el momento apropiado del ciclo anual.

Sin embargo, esto no siempre es así y los individuos tienen la capacidad de mostrar cierto grado de flexibilidad, por ejemplo en la programación de la migración o en otros aspectos de su comportamiento migratorio, como puede ser la dirección de la migración o la decisión de hacer una parada intermedia durante sus viajes. Esta flexibilidad responde a la capacidad de cada individuo para modificar su comportamiento ante las señales ambientales percibidas o previstas y puede tener importantes consecuencias, ya que serviría para aumentar las posibilidades de sobrevivir ante, por ejemplo, los cambios impredecibles y potencialmente peligrosos de las condiciones ambientales encontradas en la migración o las  alteraciones del hábitat.

Alessandro Tedeschi, presidente de Amici di Scolopax. Foto: CCB


Muchos estudios previos de flexibilidad en el comportamiento en migración de las aves se han centrado en la variación para un mismo ejemplar del tiempo y ubicación de las áreas de reproducción e invernada. Es sabido que los individuos muestran un calendario de migración relativamente estable en migraciones sucesivas y pueden mostrar una fuerte fidelidad al lugar de reproducción e invernada, aunque su grado puede variar como respuesta a la variación de los recursos.
En la actualidad y gracias a los avances en las tecnologías de seguimiento individual podemos analizar los sucesivos viajes migratorios de un mismo individuo usando transmisores satelitales (PTT) o geolocalizadores.

Los objetivos de este estudio fueron la descripción de las variaciones entre distintas becadas en el comportamiento durante las migraciones de otoño y primavera, así como investigar si la variación interindividual se explicaba por la edad, sexo, distancia de migración y latitud de las zonas de reproducción.
También trataron de analizar patrones de variación y regularidad en las fechas, duración y rutas migratorias para un mismo individuo. En este aspecto se esperaba encontrar que para una misma becada las fechas de la migración fuesen repetibles y cada ave fuese fiel a las áreas de cría e invernada, así como que un individuo utilizaría las mismas rutas migratorias a través de migraciones repetidas. Es decir, los individuos deberían poder ser capaces de desplazarse repetidamente a lo largo de la ruta más corta entre la salida y el destino debido a que, por un lado, harían una escasa selección del hábitat durante la migración y, por otro, a la ausencia de grandes barreras ecológicas entre el lugar de salida y destino.

El seguimiento de becadas por satélite tiene importantes implicaciones en la gestión cinegética de la especie.


Para todo ello, entre los años 2011 y 2017 capturaron en Italia 42 becadas durante febrero y principios de marzo, equipándolas con dispositivos de seguimiento por satélite. Se determinó genéticamente el sexo mediante el análisis de una pluma del ala. Las aves se clasificaron como jóvenes de primer invierno o adulto según las características del plumaje. De esas 42 becadas solo se obtuvieron datos de migración para 25 individuos. Respecto al resto de becadas, en 13 ejemplares no se recibieron emisiones y 4 fueron cazadas poco después de la liberación. Se hizo el seguimiento de hasta cuatro migraciones previas a la reproducción y hasta tres posteriores a la reproducción.

Rutas de migración y filopatria

Las becadas en Italia mostraron una gran variabilidad en el comportamiento durante la migración, con tres ejemplares moviéndose a menos de 800 km entre el área de invernada y de reproducción, y otros que se desplazaron a más de 6.000 km. Las áreas de cría abarcaron desde el norte de Italia (una becada que había pasado el invierno en el sur de Italia) hasta el centro y este de Europa y Rusia (once al oeste y cuatro al este de los montes Urales).  Los movimientos hacia las áreas de destino fueron relativamente rectos, con desviaciones limitadas respecto al camino más corto.

En cuanto a las rutas de migración, fueron significativamente repetibles, tanto de año a año como entre migración pre y post nupcial.

La filopatria de las becadas ha sido confirmada por el artículo, aunque con matices.


Las aves fueron generalmente fieles (filopatria) a su sitio de invernada, pero 3 de 11 individuos cambiaron su área de invernada en inviernos posteriores, moviéndose al menos una vez a una distancia mayor a diez kilómetros entre sucesivos inviernos Un individuo incluso cambió su sitio de invernada del norte Italia a la península de Crimea (1.971 km hacia el este) en el invierno posterior. Los autores concluyen que la tendencia a cambiar el sitio de invernada está asociado con la edad en la captura, es decir, las aves jóvenes de primer invierno son más propensas a cambiar su sitio de invernada (tres de cada cuatro pájaros) que los adultos (cero de siete aves) En este aspecto no hay diferencias significativas entre sexos.

Por otro lado, la fidelidad al sitio de reproducción fue muy alta. De ocho pájaros estudiados con ubicaciones repetidas de áreas de reproducción y 22 periodos de reproducción, dos individuos (ambos hembras de primer invierno) se dispersaron a 48 y 92 km entre temporadas de reproducción consecutivas, mientras que el resto se quedaron dentro de dos kilómetros del área de reproducción del año anterior.

Según los autores, la filopatría surge cada vez que los beneficios de la fidelidad a un lugar superan a los de dispersarse a áreas nuevas. Sin embargo, entre especies de larga vida, los individuos pueden variar su área de invernada con la edad, mostrando una tendencia a acercarse a su lugar de reproducción entre sucesivos inviernos. Los datos de este estudio concuerdan con la imagen más amplia, ya que las becadas jóvenes de primer invierno fueron significativamente más propensas a cambiar su sitio de invernada que los adultos.
Por otra parte, esas aves del primer invierno que cambiaron el sitio de invernada lo hicieron acercándose a sus áreas de reproducción, en un promedio de 504 km. En el caso de la becada, estos cambios pueden implicar una mejora del rendimiento migratorio relacionado con la edad, por el que las aves pueden decidir detenerse en zonas más adecuadas  a lo largo de la ruta de migración en lugar de migrar más lejos.

La mayoría de individuos apenas se desplazaron una vez alcanzados sus lugares de cría e invernada


Respecto al uso del espacio, el seguimiento de las emisiones de los aparatos que portaban las becadas delató que en su mayoría permanecieron estacionarias durante la invernada y la cría, siendo la distancia media entre ubicaciones consecutivas de 0,95 kilómetros durante la invernada y de 0,94 kilómetros en el periodo de cría.


Fechas y duración de las migraciones

El análisis de la fechas de inicio de la migración indicó que el arranque de la migración prenupcial o contrapasa se produjo principalmente en la segunda mitad de marzo (De media el 26 de marzo), mientras que las becadas de media llegaron a sus áreas de reproducción 42 días después. Los individuos dejaron sus zonas de cría a mediados de septiembre (De media el 13 de septiembre), llegando a sus áreas de invernada de media en 70 días.

La mayor parte de los individuos marcados en Italia tenían su zona de reproducción en Rusia


No encontraron diferencias significativas en el tipo de migración de primavera u otoño entre las clases de sexo o edad. Tampoco la distancia de migración y la dirección difiere significativamente entre la migración pre y post reproducción. Sin embargo, las aves migraron durante menos tiempo y a mayor velocidad durante la migración primaveral respecto a la migración de otoño.

También se ha detectado que las becadas que emigraron de sus sitios de invernada italianos a las latitudes situadas más al norte partieron antes que las que se reproducen en áreas más meridionales. La velocidad se relacionó positivamente con la distancia de migración, siendo más rápidas las aves cuyas áreas de reproducción fueron más lejos. Del mismo modo, en la migración de otoño las aves que migraron más lejos para alcanzar sus sitios de invernada abandonaron sus áreas de reproducción antes.

Otro de los factores que observaron los autores es que existe una gran flexibilidad en la fecha de salida de la migración previa a la cría, lo que puede sugerir que los efectos ambientales tienen una mayor influencia sobre las fechas más que en los aspectos espaciales. De hecho, la fecha de salida de la migración primaveral no fue repetible significativamente, mientras que la fecha de llegada a las áreas de reproducción fue altamente repetible.

En términos numéricos, la variación para un mismo individuo fue de 9,44 días para la fecha de salida (interindividual variación: 19 días) y 5,63 días para la fecha de llegada (interindividual variación: 39 días)

Los autores afirman que el inicio de la migración primaveral más temprana de las aves que se reproducen más al norte puede permitirles sincronizar mejor la fecha de llegada al avance de la primavera durante el trayecto.
Del mismo modo, el inicio más temprano de la migración de otoño de las aves que migran más lejos puede reflejar una adaptación para evitar retrasos en la llegada a zonas de invernada óptimas, o un inicio temprano del otoño en las regiones continentales del centro de Rusia en comparación con las del noreste de Europa o el Báltico, obligando a las aves a irse antes.

En conclusión, los autores afirman que después de tener en cuenta los efectos de la edad, las becadas mostraron una gran regularidad espacial durante todo el ciclo anual (invernada, migración y reproducción), mientras que la regularidad temporal fue más variable, siendo significativa solo para la fecha de llegada a las áreas de reproducción en primavera.




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