domingo, 15 de diciembre de 2019

Becadas: Llegamos al final de la migración de este año y una pregunta ¿Luna nueva o luna llena?


Muy buenas “Becaderos viajeros”. Nos acercamos peligrosamente a las jornadas que marcan el final de la migración de nuestras amigas. De hecho, nuestros vecinos franceses toman el 15 de diciembre como la fecha  límite para considerar que todas las becadas en teoría ya habrían alcanzado el lugar donde pasar el invierno. Vamos, lo que aquí conocemos como que todo el  pescado está vendido.


Bonitas jornadas de caza en los primeros días de diciembre


Lo cierto es que en los últimos años y con el problema del cambio climático tan de moda estos días, la línea que marca el final de la migración parece cada vez más difusa y yo no descartaría algún movimiento considerable en las próximas semanas, sobre todo si aprieta el frío en Europa. Soy de la opinión de que esta temporada todavía quedaría bastante becada al norte y un cambio del tiempo podría empujarlas a retomar la migración. No obstante, a medio plazo no se ven grandes fríos y tras el paréntesis de nortes de los primeros días de diciembre da la sensación de que volvemos al monólogo de las borrascas atlánticas que venimos soportando desde hace más de un mes. O lo que es lo mismo, vientos del suroeste-oeste, lluvias y temperaturas suaves.



La misma regata con un mes de diferencia, parece que algo ha llovido

La verdad es que se echa de menos el frío, las heladas y un inicio del invierno de verdad, tanta lluvia ya aburre, a este paso nos va a crecer musgo.


Imagen de Ventusky a 14 de diciembre. Seguimos con el viento de suroeste, persistente desde principios de noviembre


Como decía, durante los últimos días de noviembre y finales de diciembre tuvimos una pequeña ventana de noches despejadas y frías, acompañadas de vientos favorables o en calma y al menos por mi zona sí hemos disfrutado de una entrada considerable de becadas. Las jornadas de caza y anillamiento así lo atestiguan, con becadas levantadas en parejas, en zonas altas y bordes del bosque, síntoma de que se trataría de ejemplares recién llegados. Algunos de los pesos de las becadas, lejos de la barrera de los 300 gramos, reflejan que llegaron con el depósito de gasolina en la reserva.



En las salidas nocturnas de anillamiento también se ha notado un tímido incremento de las becadas encontradas, no algo exagerado, pero sí para salir de la depresión de los “Big Zero” de las últimas salidas.

Buenas jornadas tras becadas muy esquivas


En cualquier caso y por los datos que manejo estaríamos ante una temporada con una densidad de becadas dentro de lo normal. Como suele ser habitual, la alegría va por barrios y este año la mejor parte se la han llevado las zonas del interior frente a la cornisa cantábrica, pero en general podemos estar contentos.


Los cupos este año están muy caros


En cuanto a las becadas marcadas con emisores GPS en Estonia y que tan buena información nos están dando a través del blog becassemigration pues más o menos llegan a la misma conclusión. Los autores del blog dan por finiquitada la migración. De las 12 becadas marcadas, tan solo una ha llegado a Francia y el resto se reparten entre el Reino Unido y Escandinavia. Sinceramente, esto me ha dejado bastante alucinado, espero que sea algo puntual por el noviembre tan raro que hemos vivido en lo meteorológico y no una consecuencia del cambio climático. De ser así, podríamos estar viviendo una sedentarización cada vez mayor de las becadas, en el mismo sentido de lo que se está viendo con las palomas torcaces y otras migratorias.


Noches de anillamiento bien aprovechadas


Volviendo a casa, un fenómeno que también he observado es encontrar durante el día una gran cantidad de chazas en el monte, pero las becadas ya no estaban. Un amigo lo achaca a la luna llena de estos días, también podría ser el viento sur que las empuja hacia el interior…pero lo cierto es que parece que la becadas han parado lo justo para alimentarse, recobrar fuerzas y seguir su ruta. Lo cierto es que en el interior de la Península la temporada está siendo muy buena, cabe pensar que se trataría pues de pájaros que estarían de paso y finalmente acabarían recalando en tierras de Castilla o Extremadura.



Restos de la cena de las becadas, ya se habían marchado

¿Qué papel jugaría en estos movimientos la luna? ¿Creéis que influye en la migración? Lo cierto es que las concentraciones de becadas más brutales observadas anillando siempre las he vivido con luna llena, pero hay muchos que consideran la luna nueva como más favorable para la migración.

¿Cómo lo veis vosotros?

Off-topic, dos curiosidades que me han llegado esta semana y que merece la pena comentar.
Por un lado os paso las fotos de una preciosa becada con leucismo, casi completamente blanca y que ha sido abatida en un coto de Aragón por una cazador navarro que prefiere permanecer en el anonimato. El leucismo es una anomalía genética que provoca la falta de dos tipos de pigmentos de la melanina en aves y otros animales y que provoca que parte o todo su plumaje o pelo se presente blanco. Es una anomalía distinta al albinismo. En este caso casi toda la becada es blanca, algo muy inusual y que confiere al ave una gran belleza. Enhorabuena al cazador por esta becada que soñamos algún día con ver o cazar todos los aficionados a esta ave.





Y por otro, os paso las fotos de dos becadas que anillé esta pasada semana con dos curiosidades bastante más corrientes. Por un lado una becada adulta a la que le faltaba la primera rémige primaria y que en le momento de la captura estaba en mitad de crecimiento. Seguramente al final de la invernada ya la tendrá completa.



Becada con la primera rémige primaria en crecimiento


Y una segunda sorda anillada y que presentaba dos impactos de perdigón, en pata y ala. La becada estaba en aparente buen estado de salud, peso cerca de los 325 gramos y volaba perfectamente, por lo que seguramente saldrá adelante. Toda una superviviente.


Se aprecia la perdigonada en una pata



sábado, 7 de diciembre de 2019

Visita otoñal a Pitillas


La Laguna de Pitillas está estos días en todo su esplendor. Las lluvias de noviembre han dejado este humedal navarro a tope de agua y a este hecho se suma que el final del otoño implica la llegada de un gran contingente de migratorias que pasarán el invierno en esta joya. Con este buen panorama a principios de diciembre he visitado el lugar con interesantes observaciones de las aves habituales por estas fechas.

Cucharas en vuelo

Esta laguna endorreica, o sea, sin desagüe, es una de las más importantes de la Cuenca del Ebro. Tiene una superficie de cerca de más de 200 hectáreas en el municipio de Pitillas y una pequeña parte que pertenece a la vecina Santacara. Está declarada como Zona de Especial Protección para las Aves, así como parque Natural, siendo, por ejemplo, uno de los pocos lugares de cría para el avetoro en España.



Amanecer en Pitillas

La salida del sol en la laguna en un día de otoño como este transmite paz y tranquilidad, lugar perfecto para relajarse

Durante el invierno los carrizos de este humedal son elegidos por miles de estorninos pintos como dormidero, el espectáculo de esta ingente cantidad de aves sobrevolando la laguna es impresionante. Al amanecer abandonan el carrizal y se dispersan por los campos de los aledaños para alimentarse. Estos estorninos en su mayor parte pertenecen a la población invernante que procede del centro de Europa y en noviembre llega a la Península para pasar el invierno. Se trata de una especie en expansión.

Miles de estorninos se dispersan por la mañana en los campos que rodean la laguna.
También en noviembre se produce la arribada de los gansos o ánsares comunes, algunos pasan aquí el invierno y otros siguen su viaje, seguramente hasta las lagunas de Villafáfila en Zamora o incluso más al sur, a Doñana.

Pequeño grupo de ánsares comunes

Descansando antes de partir
Levantando el vuelo para retomar la migración


Durante estos días algunas grullas eligen Pitillas como etapa de parada y fonda. Son las más rezagadas que atraviesan el Pirineo a finales de noviembre. Cada vez es más habitual verlas por la zona durante todo el invierno, aquí o en los cercanos arrozales limítrofes con Aragón.
Grullas llegando a Pitillas
Entre las anátidas durante estas semanas destacan en número los llamativos patos cuchara, con ese comportamiento tan particular de alimentarse en grupo dando círculos y usando el curioso pico cuya forma le da nombre.

Cuatro machos y una hembra de pato cuchara.
Típico círculo de patos cuchara alimentándose

Anátidas al amanecer

Junto a los cucharas aparecen ánades reales en números elevados, bastantes porrones moñudos y europeos y algunas cercetas. Entre los rállidos, cientos de fochas se sumergen en la aguas de la laguna.

La laguna está rodeada de una buena franja de carrizo e inspeccionando estas zonas encontré a sus habitantes más típicos.

Escribanos palustres por todos lados.

Hembra de escribano palustre
Dos bonitos machos

Primer plano de un escribano palustre
Parece ser que en los últimos años el número de escribanos palustres nidificantes en la Península Ibérica está descendiendo sensiblemente y la mayoría de los que observamos son invernantes procedentes del norte de Europa. Este macho portaba dos anillas de plástico, una roja y otra negra.

Escribano palustre anillado

Siguiendo escrutando los carrizales encontré una nutrida familia de pájaros moscones, otros pequeños pajarillos típicos habitantes de zonas húmedas. Se mostraron muy confiados y pude fotografiarlos a placer. Estas aves son famosas por los elaborados nidos que construyen en forma de bolsa, parece mentira tal grado de perfección en un pájaro tan diminuto.

Macho de pájaro moscón

El mismo macho


Unos auténticos equilibristas del carrizo

La subespecie europea del pájaro moscón está en clara expansión y en la actualidad por suerte los podemos encontrar en muchas zonas donde hace décadas estaba ausente.

En este caso parece una hembra

En su salsa

Mientras tanto otra pequeña ave de tamaño y comportamiento parecido a un petirrojo captó mi mirada, observándolo con más detenimiento me llevé la sorpresa del día, ya que no esperaba encontrar tan fácil al ruiseñor pechiazul o conocido simplemente por el nombre de pechiazul. Se trata de un pájaro reproductor de zonas montañosas de España (Cordillera Cantábrica y Sistema Central), pero en invierno recibimos un contingente de pechiazules procedentes del norte de Europa. Probablemente esta hembra sea una de ellos.

La coloración del pechiazul es muy llamativa, con ese "medallón" azul que le da nombre




No me quitaba ojo



El tamaño y comportamiento del pechiazul hace que sea fácil confundirlo con un petirrojo


Y por último dí con el habitante más espectacular de estos carrizales, con permiso del avetoro. Se trata del bigotudo, uno de mis pájaros preferidos. Un numeroso grupo deambulaba por el cañaveral y se dejó fotografiar sin asustarse de la cámara. Una gozada, ya solo por este momento merece la pena la visita a Pitillas.

Espectacular macho

Diría que un machito joven
El mismo macho inmaduro

Hembra, con un plumaje mucho más discreto
Pitillas constituye uno de los pocos humedales españoles donde se reproduce con regularidad el bigotudo, lo que da idea de la importancia de este enclave natural.

Foto de familia de bigotudos


En todo momento se mostraron confiados


El jefe de la tropa


Me llamó la atención la cantidad de rastros de jabalí que había por todo el entorno de la laguna, demasiado diría yo. Incluso me dieron un par de sustos saliendo de entre los cañaverales. Los campos de cereal de alrededor se veían bastante afectados.

Numerosas huellas de jabalí en todo el entorno de la laguna

Y esto dio de sí la visita a Pitillas, un lugar que siempre satisface al pajarero y en esta época del año más.

¡Hasta pronto!


Becadas: la interpretación de la proporción de jóvenes

  Muy buenas, después de un tiempo vuelvo con una publicación a propósito de que estos días se leen en las redes sociales mensajes con datos...