miércoles, 12 de junio de 2019

Dorsiblancos de Irati


Benvenuto a tutti! En esta nueva entrada de “La Becada Viajera” traigo una breve reseña sobre un reciente avistamiento del Pico dorsiblanco en los bosques de Irati, esta vez en el lado francés. Le tenía ganas al “jodío” dorsiblanco, ya que en anteriores ocasiones su avistamiento me pilló en fuera de juego y no pude inmortalizarlo como se merece.



Bonito y confiado machito de dorsiblanco, un ejemplar juvenil
 El Pico dorsiblanco (Dendrocopos leucotos) es una de las siete especies de pícidos que habitan en España, a saber, pito negro, pico real, pico picapinos, pico mediano, pico menor y el torcecuello ¿Qué tiene de especial? Pues que se trata de una especie relicta en la Península Ibérica, ya que después de la última glaciación quedó esta población aislada del resto de Europa y localizada en los Pirineos, fundamentalmente en el navarro. Aquí ocupa hayedos y hayedo-abetales maduros, por lo que su área principal de distribución se localiza en el conocido bosque o selva de Irati.

Ahí me estaba controlando
La población de dorsiblancos en España se estima en unas cien parejas reproductoras, mientras que en la vertiente francesa del Pirineo es algo más numerosa. Su aspecto es muy similar al del pico picapinos, aunque con un tamaño ligeramente mayor. Sin embargo, en su dorso no muestra las típicas dos manchas blancas del picapinos, sino que se ven sustituidas por un barreado de franjas blancas muy característico. El macho presenta el píleo rojo, que en la hembra es negro.

Picando el tronco en busca de los invertebrados que le sirven de sustento
Los dorsiblancos pirenaicos pertenecen a la subespecie Lilfordi, también propia de las poblaciones del sureste de Europa.

Se puede ver cómo ha levantado la corteza del haya

 Como decía, en la reciente visita a los Chalets d’Iraty intuía que habría grandes probabilidades de localizar algún individuo, pero la observación se produjo en el último minuto y de penalti injusto, porque tras una vuelta de dos horas por bosques, crestas y collados el dorsiblanco apareció como por arte de magia cuando llegaba al coche. Se trataba al parecer de un joven macho que por suerte respondió al patrón de comportamiento de este pájaro, es decir, confiado e ignorando mi presencia. Así es que pude sacar una buena serie de fotografías dentro del hándicap que supone el abundante follaje de las hayas en esta época y que provocaba que el pájaro se ocultara continuamente a pesar de moverse a poca distancia.

Bien por el simpático dorsiblanco, otra especie a tachar de la lista de pajaritos fotografiables en nuestras latitudes.






Buitres leonados, señores de estas cumbres pirenaicas



Cara norte del pico de Ori, presidiendo estos montes, el primer dosmil del Pirineo si nos acercamos desde el Cantábrico

 En lo que respecta a otras especies, poco más que decir ya que estos hayedos fuera de la época de migración no suelen ser muy ricos en avifauna y los pastizales de montaña están tan pastoreados que tampoco pueden albergar mucho bicherío. Aún así disfruté de los vuelos a ras de suelo de los buitres leonados, muy presentes en estos montes y de los bisbitas alpinos, escribanos cerillos y verdecillos en los pastizales. Eché en falta algún avistamiento de alimoches o quebrantahuesos, pero todo no se puede tener.
En el bosque, los clásicos de la zona, pinzones, agateadores, trepadores, reyezuelos y carboneros.


Un macho de bisbita alpino en su pequeña atalaya




Ovejas latxas, con su leche se elabora el famoso queso de Ossau-Iraty


Comos siempre un placer para los sentidos recorrer estas montañas en las que el Pirineo ya se empieza a poner serio. ¡Hasta otra!



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