viernes, 10 de enero de 2020

Llega la cuesta de enero becadera


Muy buenas Becaderos Viajeros. Aunque algunas comunidades alargan el periodo de caza hasta mediados de febrero, en la mayoría de regiones ya nos hemos plantado en la recta final de la temporada. A estas alturas, en la mayoría de cotos ya solo quedan las supervivientes, esas becadas que han llegado hasta ahora gracias a su inteligencia a la hora de sortear a perros y cazadores o porque se refugian en esa esquinita del bosque que todavía no ha sido visitada.

Enero, el mes más complicado para el becadero


Estas becadas se muestran intratables, por eso han salvado el pellejo y a lo largo del mes se suelen acumular las observaciones sin posibilidad de disparo o simplemente nos conformamos con oírlas, ya que son pocas las sordas que se equivocan y conseguimos poner al alcance de la escopeta.

Después de valorar la temporada en base a “sensaciones” ahora es buen momento para analizar los datos más científicos que nos van llegando gracias a la aportación de los cazadores que participan en los estudios de los clubes de becaderos europeos.

Esta semana se ha publicado el primer resumen del inicio de la temporada en Francia, gracias al trabajo del Club National des Bécassiers. A 20 de diciembre y con la migración ya finalizada el índice de abundancia o ICA (número de becadas vistas para una jornada teórica de 3,5 horas) es de 2,02. Este valor es francamente alto, el más elevado de los últimos años. Por ejemplo, el ICA en 2018 fue 1,77, en 2017 de 1,65 y 1,64 en 2016.

Por lo tanto parece que al norte de los Pirineos están disfrutando de una temporada muy bonita.

Buena temporada en general


La proporción de jóvenes o âge-ratio para 1496 alas de becada analizadas es del 73,9%, un valor bastante alto, cercano al 75% de 2018 y bastante por encima del 55% de 2017 y el 70% de 2016. Se confirma, por tanto, que en primavera y verano las becadas criaron con éxito y este año hay un buen número de juveniles en los bosques.

El peso medio de las becadas pesadas es de 311 gramos, más o menos en los valores que se pueden considerar normales para Francia. En España las becadas son algo menores y pesan de media unos 305 gramos.

Destacar que a 20 de diciembre la participación de los becaderos franceses les ha permitido acumular un total de casi 59.000 horas de muestreo de caza, lo que da idea de lo involucrados que están en el país vecino, poco a poco tenemos que copiarles y aumentar la colaboración aquí.

En lo que respecta al "Proyecto Becada" del CCB, los cazadores que aportamos datos a través de la aplicación web podemos consultar en tiempo real los resultados de la temporada. Después de unos picos de densidad a últimos de noviembre y la primera semana de diciembre, se produjo una cierta caída de la presencia de becadas en nuestros bosques.

Sin embargo, el anticiclón que se centró en nuestras latitudes durante las Navidades, con las consiguientes noches claras y heladas, ha traído un pequeño nuevo goteo de becadas, por lo que a finales de año se pudo disfrutar de una bonita presencia de sordas.

Con todo ello el ICA en España alcanza el valor de 1,33, valor que se sitúa bastante por encima de los valores medios (1,21) La temporada, por tanto, la podemos valorar en general como bastante positiva, aunque reconociendo que la alegría siempre va por barrios.

También el valor de la proporción de jóvenes es moderadamente alto, un 61%, con lo que se produce el mismo efecto que vienen observando en Francia. Buena temporada de cría.

Con esta situación nos acercamos al arreón final. No parece que a medio plazo se atisben grandes fríos en el continente por lo que es de esperar que alcancemos el final de enero sin contratiempos. Mientras, intentaremos disfrutar de los últimos días de caza con moderación y con la conciencia de que las becadas que dejemos serán las madres de las becadas del año que viene.

¡Buena caza!






2 comentarios:

  1. El mundo perfecto: las becadas sacan adelante muchos pollos para que los escopeteros puedan desahogarse pegando tiros. Así año tras año. ¿No es idílico? Menos mal que en algunos sitios no están de acuerdo y os meten una patada en el culo (naturaleza cantabrica, por ejemplo).

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  2. Cazar no me sirve de desahogo entre otras cosas porque no lo necesito. Pero sí me sirve para volver del monte feliz y contento. Encima si se demuestra que ha habido una buena cría de becadas para disfrutar en años venideros, mucho mejor

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